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Recuerdo de Luciano Berio

Cuando entró en la sala, un leve murmullo se propagó entre los asistentes. Acababa de llegar el primer Premio Mundial de las Artes, el compositor italiano Luciano Berio. Aquel día la Comunidad Valenciana se había despertado con la noticia de la concesión de un premio que se instauraba entre nosotros como uno de los mas importantes galardones ofrecidos a la cultura y sin duda la novedad era que lo había ganado un músico. Con esta noticia se revindicaba el papel de la música en nuestra sociedad así como el que la música, clara seña de identidad de nuestra cultura, también tenía una explícita intención de progreso, innovación y cambio. Con la noticia del fallecimiento de este, nuestro amigo Luciano Berio, también hemos perdido un poco de nuestra historia pero hemos de estarle agradecidos por ofrecer a nuestra Comunidad sus pensamientos y su lenguaje sonoro reivindicando para nuestra cultura la importancia de la música y de la creación.

No quiero entrar en detalles biográficos, muchas notas sobre esto se han escrito y sin duda se escribirán estos días; tampoco es el momento de una hagiografía; sólo quiero rendir un sincero homenaje a una persona que con su creatividad sirvió para adentrarnos en el necesario mundo de la comprensión y la tolerancia siempre a través de los sonidos.

Sentados en una mesa el día de la concesión del premio, junto al profesor José Vidal-Beneyto, los compositores Mauricio Sotelo y Joan Cerveró, el músico italiano Roberto Fabricciani y el bailarín Nacho Duato, departimos con el maestro varias horas de anécdotas y pensamientos, de ilusiones y conocimientos, desvaneciéndose en pocos minutos la imagen inabordable de los "hombres importantes" para convertirse en lo que todos intuíamos: un hombre afable y sincero y, sobre todo, un verdadero maestro.

Sus ideas sobre la modernidad, sobre la vida, su primer contacto con España, su conocimiento de la poesía española, su decisivo compromiso con las vanguardias, sin concesiones, sin adscripciones ni dogmas, así como su recuerdo a los amigos y a sus compañeros de viaje: los músicos, estuvieron en todo momento presente. También expresó su agradecimiento y su cordial asombro por la concesión de este premio a un músico, elogiando el cambio positivo hacia la música creativa. Fue una velada inolvidable para mi.

No supuso una idea baladí la concesión de este premio, a una persona que aunque ha desaparecido para lo cotidiano, queda en su música como seña de humildad, de bondad, de tolerancia y sobre todo de maestría para esta Comunidad donde existen tantas personas amantes del lenguaje melódico.

Solamente gracias, maestro.

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Consuelo Ciscar es subsecretaria de Promoción Cultural de la Generalitat.

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