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Signos

Juan José Padilla une sexo, humor y lirismo en su primera novela

Latin boys go to hell (Los chicos latinos van al infierno) es el título de la novela con que Juan José Padilla (Arcos de la Frontera, 1972) acaba de debutar como escritor. El libro, editado en Cádiz por el sello Quórum, propone una irónica visión del mundo fronterizo con dosis bien racionadas de filosofía vital, sexo, humor y lirismo. En el desarrollo de la trama protagonizada por Jotta, un sin papeles de paso por Nuevo México, juega un papel importante la larga experiencia del autor en el Reino Unido y EE UU, donde se licenció en Políticas y Sociología.

Padilla no se siente un recién llegado al territorio de las letras: "Llevo mucho tiempo escribiendo relatos cortos, cosas para mí... Llegó la hora de escribir mi primera novela, pero no me atrevía a publicarla, hasta que pensé que la magia de la literatura no puede estar sólo en el proceso de creación, sino también en compartirla", asegura.

Dispuesto a conquistar públicos heterogéneos, el autor resume las 565 páginas de Latin boys go to hell como "13 capítulos en los que los personajes van saltando de un lugar a otro". "El escenario es el desierto de Nuevo México, y las historias de cada uno de ellos se presentan como tornados. He intentado hacer una literatura pop con un lenguaje sencillo, pero también con una lectura entre líneas: si se lee rápidamente puede resultar superficial, pero hay mucho contenido irónico y metafórico. Esto se ve desde el título, que puede traducirse como Los chicos latinos van al infierno y como Los chicos latinos se van al carajo. No escribo para un cierto tipo de élites", comenta.

Literatura visual

Aunque el parentesco indirecto con Mañas, Loriga y el cine independiente americano sea inevitable, Padilla se resiste a encasillarse. "Creo que la novela no tiene deudas con el cine, aunque sí es cierto que se trata de una literatura muy visual. Al leerla, se pueden visualizar claramente todas las escenas", afirma. Y a la hora de elegir una banda sonora para su obra señala sin dudarlo "el sonido del cascabel de la serpiente".

"No tengo héroes literarios, pero entre mis autores preferidos están los beat, como Kerouac, y Bukowski, que me encanta", dice Padilla. "En los escritores japoneses, tengo entre otros a Mishima. La literatura europea no me interesa, a veces me parece demasiado esnob. De los españoles conozco a pocos, de los cuales me quedaría quizá con Terenci Moix". El autor de Latin boys go to hell estuvo una semana en su tierra natal antes de regresar a Tokio, donde reside actualmente como profesor de inglés para japoneses.

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