CiU lanza una ofensiva sobre ERC para lograr su alianza en las autonómicas

La federación dirigida por Jordi Pujol entiende que los resultados electorales del domingo dan pie a la formación de un gran número de "mayorías nacionalistas" entre CiU y ERC. A conseguirlas se lanzaron ya ayer los dirigentes de CiU, en lo que se convirtió en una carrera con los socialistas para atraer a los republicanos a su respectivo campo. La idea de CiU es pagar a ERC el precio que exija, sin regatear, porque lo principal es evitar que los republicanos contribuyan a consolidar el bloque de izquierdas encabezado por el PSC. Pero, como casi siempre, CiU no cerró todas las puertas y se declaró abierta también a acuerdos con el PP, del que dependen otras mayorías, por ejemplo la de la ciudad de Tarragona.

El balance de la ejecutiva de CiU sobre las elecciones no es triunfalista, pero rebosa satisfacción por los daños evitados. Muy en particular, los pujolistas están satisfechos porque no se produjo un aumento de la ventaja que los socialistas tienen desde siempre en las municipales. CiU ha perdido 2,09 puntos porcentuales de voto, pero como el PSC ha perdido un poco más, 3,34 puntos, esto les sirve para proclamar que los socialistas son "los grandes perdedores" del domingo.

Mayor número de concejales

Duran destacó que CiU ha alcanzado el objetivo de mantenerse como la fuerza con el mayor número de concejales: 3.687, y que dispone ya de mayoría absoluta en 440 municipios. Sin embargo, obvió señalar que ha perdido 402 ediles y 85 mayorías absolutas respecto a las elecciones de 1999. Combinada con el aumento en el número de concejales registrado por los demás partidos, salvo el PP, esta estadística supone un notable recorte del poder municipal de CiU en la Cataluña interior. Una de las consecuencias será la pérdida de posiciones en las elecciones a las diputaciones provinciales y consejos comarcales.

Entre las mayorías absolutas que han caído como consecuencia de este recorte en el número de concejales se cuenta la de la Diputación de Girona, un feudo de CiU, que pasará a tener un presidente republicano. Y las de un número todavía indeterminado de consejos comarcales, que será menor si se aplica la penúltima ley comarcal, como quiere CiU, o mayor si se aplica la última, como quieren el resto de los partidos.En cualquier caso, la reducción del total de concejales expresa un desgaste que la dirección de Convergència i Unió (CiU) reconoció ayer explícitamente por boca de Josep Antoni Duran Lleida como una servidumbre de la condición de partido gobernante. Sin embargo, en su opinión, este desgaste no llega al extremo de afectar a las expectativas de los nacionalistas para las elecciones autonómicas del otoño.

En contra de lo que indican las evidencias, Duran dijo que estas elecciones municipales han dejado a CiU "en mejor posición de cara a las próximas elecciones autonómicas de la que obtuvo en las de 1999". Y como que en 1999 CiU logró ganar las autonómicas pese a haber experimentado pocos meses antes un retroceso en las municipales, eso significa que ahora puede encarar con fundadas esperanzas de éxito las próximas autonómicas, para las que falta sólo medio año.

Éste es un análisis contrario al que realizaban los propios dirigentes de CiU durante la campaña electoral, en cuyos mitines reclamaban precisamente un refuerzo del poder territorial de CiU para poder conjurar en las autonómicas "el peligro" de una victoria de Pasqual Maragall.

Y, más allá todavía, abundando en la valoración positiva y optimista, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, destacó que los resultados de la jornada electoral en el conjunto de España abren para CiU la expectativa de alcanzar de nuevo la añorada posición de bisagra de su grupo parlamentario en las Cortes. CiU entiende que ni el PP ni el PSOE se encaminan a una mayoría absoluta en las legislativas de 2004.

Con la mayor de las asepsias, Duran dijo ayer que el PP "no se ha desgastado mucho", pese a lo que amenazaban cuestiones sumamente controvertidas como la gestión de la catastrófe del Prestige y la guerra de Irak, y que el PSOE "crece en votos". La escasa diferencia entre PSOE y PP, 200.000 votos en el cómputo general de toda España, apunta más a un futuro empate o una victoria por los pelos de cualquiera de los dos que a otra cosa.

Aunque la predisposición, y la necesidad, de pactar con todos los partidos aconseja no excederse en las críticas, Duran no ahorró algunas puyas al PP. Sostuvo que el mérito del crecimiento experimentado por los conservadores en el Ayuntamiento de Barcelona, donde han ganado el concejal perdido precisamente por CiU en la capital de Cataluña, se debe a las virtudes y la labor de Alberto Fernández Díaz, y no de su actual presidente regional, Josep Piqué.

Pese a los elogios que dedicó a Alberto Fernández, Duran sostuvo que el resultado global del PP en Cataluña, donde ha ganado 40.000 votos, aunque ha perdido 99 concejales, se debe a que "es una formación relativamente pequeña, cuyo núcleo ha reaccionado como un solo hombre y una sola mujer ante una situación crítica".