El PSC subrayará las propuestas sociales para frenar fugas a su izquierda

La ejecutiva del PSC analizó ayer los resultados de las municipales en un clima agridulce: el partido ha ganado con claridad las elecciones, con casi 10 puntos de ventaja sobre CiU, que prosigue su lento declive municipal, pero los comicios no han supuesto el espaldarazo rotundo que Pasqual Maragall esperaba como antesala de las autonómicas. Pese a ello, los socialistas recurrieron a los números para tratar de demostrar que "la dinámica de cambio en Cataluña" es clara, como insistió ayer el portavoz del partido, Miquel Iceta: el PSC mantiene los votos de 1999 -aunque con el aumento de la participación pasa del 37,09% al 33,75%- y gana 228 concejales, con lo que llega a 2.264 y recorta considerablemente la ventaja a CiU. Buena parte de este crecimiento se da en las comarcas del interior.

Estas cifras globales, no obstante, contrastan con el severo retroceso de Barcelona y de la mayoría de las localidades que gobernaban con mayoría absoluta. En muchos lugares se ha producido un reequilibrio interno en la izquierda plural: Esquerra e Iniciativa han crecido a costa del PSC.

Pese a ello, los socialistas están convencidos de que el voto de izquierdas volverá a concentrarse bajo las siglas del PSC en las autonómicas. Iceta atribuyó la tendencia a que la victoria del PSC en estos lugares era "segura", lo que facilitaba la "dispersión". Además, admitió que la movilización ciudadana contra la guerra de Irak agrandó la tendencia, pero lo consideró un hecho ocasional.

Fuentes de la ejecutiva del partido explican que la mayoría de los dirigentes consideraron que ambos fenómenos son coyunturales y, por tanto, no se darán en las autonómicas, aunque los socialistas pondrán el acento en sus propuestas sociales para evitar posibles fugas a su izquierda. En cambio, varios dirigentes mostraron su preocupación por el comportamiento electoral de los jóvenes: el PSC se ha propuesto hacer un esfuerzo específico para atraerlos al proyecto de cambio que encabeza Pasqual Maragall, aunque no se ha concretado cómo.

El PSC aspira a reeditar y a extender en el mayor número de municipios posible los pactos de progreso con ERC e Iniciativa. Para los socialistas es la mejor manera de prefigurar un futuro gobierno de la Generalitat tras las autonómicas y marcar los vínculos entre CiU y el PP, y una separación nítida entre derecha e izquierda.

"Estamos a favor de continuar estos acuerdos [con ERC e ICV] a partir de la regla no escrita de apoyar la lista de izquierdas más votada". No obstante, una vez descrito el principio general, cada localidad es un mundo y tendrá autonomía, vino a decir el portavoz del PSC.

La semana pasada, la dirección socialista fijó 10 poblaciones claves como termómetro de que el cambio en Cataluña está en marcha. Pasados los comicios, el balance es ambivalente, pero queda a medio camino de los objetivos del PSC: la situación ha dado un vuelco en favor de la izquierda en Sitges, Palafrugell y Blanes, y puede gobernar en El Vendrell y Martorell. En cambio, en Tarragona, Sant Cugat del Vallès, Pineda de Mar, Vic y Solsona CiU ha ganado la batalla.