El letrado Jekyll y el atracador Hyde
Un abogado acusado de robar 15 bancos se encuentra al fin con su doble
José Manuel Rodríguez Díaz, un abogado de Ourense de 44 años, ha sido durante seis el protagonista de una historia inverosímil. Tanto que sólo puede ser fruto de una insidiosa conspiración ideada por un guionista, o la realidad. Policía y Guardia Civil le atribuyeron 15 atracos a bancos en los que habría obtenido unos 600.000 euros. La mayoría de los asaltados lo reconocieron sin sombra de duda en las ruedas de identificación y fue condenado a nueve años de prisión por dos robos. No se libró a base de tiroteos y mamporros, sino con el arma legal de presentarse regularmente ante un notario. El pasado martes se encontró por fin con el presunto autor de al menos uno de los atracos que le atribuyeron a él.
La pesadilla penal comenzó en mayo de 1997, cuando la policía (sorprendentemente, de la comisaría de Vigo) se presentó en su despacho para imputarle tres atracos, dos en una sucursal de Noia (A Coruña) en enero y septiembre de 1996 y uno en Forcarei (Pontevedra) en marzo de 1997. Rodríguez cree que la policía llegó hasta él por la ficha policial que le hicieron "por un asunto por el que al final no llegaron a acusarme". Los empleados de Noia lo reconocieron.
Conoció los calabozos de la Policía Local de Ourense. "Al quinto día, me despertaron una rata encima de mi pecho y la orden de libertad". Por los delitos de Noia, un juzgado de Santiago le condenó en 1999 a 9 años de prisión. A partir de entonces, su fotografía pasó al álbum policial de atracadores de bancos, y sobre ella se posaban los índices de muchos testigos. "Es éste, sin duda".
Las noticias sobre la detención del abogado atracador fueron apareciendo en las páginas de sucesos. En la primavera de aquel año lo situaron en la Costa da Morte coruñesa, en Zas y Cee. Se libró porque por aquellas fechas salió en un juicio en televisión luciendo una perilla y el atracador no la llevaba. "Me di cuenta de que tenía un problema, de que me iban a seguir reconociendo, así que decidí anotar todo lo que hacía, entradas, salidas, llamadas telefónicas, encuentros, para recordar lo que había hecho en todo momento".
Fue detenido de nuevo el 30 de diciembre de 1999 por dos atracos, en las localidades pontevedresas de Soutelo de Montes (lo reconocieron) y O Grove ("se parece mucho, pero no es él", dijo el director de la sucursal). Otra vez en marzo de 2000 por un robo cometido días antes en Becerreá (Lugo). Allí le notificaron que tenía ficha policial de cuatro delitos en pueblos de Pontevedra (Pontecesures, Bandeira, Silleda y Lalín) en los que de nuevo fue mayoritariamente reconocido. Los empleados del BBV de Becerreá no sólo lo identificaron, sino que temblaron al verlo. Rodríguez recurrió a su agenda. El día del atraco en Poncesures estaba en Canarias y para el de Becerreá aportó numerosos testigos de que estaba en Ourense. Sobreseyeron el caso.
El problema es que todos los asaltos tenían características similares. Un atracador educado y extremadamente frío que actuaba a cara descubierta, a primera o a última hora de la mañana. "Ya no sabía que hacer", recuerda José Manuel Rodríguez, "suponía que el verdadero atracador me conocía por los periódicos, así que decidí ir todos los días en secreto a un notario a primera hora". Desde marzo de 2000 acumuló 118 actas notariales. Algún día, como el 22 de junio, no pudo ir porque tenía un juicio en Pontevedra, pero convenció a sus clientes de que tomasen un aperitivo con él hasta que cerraran los bancos. Ese día atracaron una sucursal en la misma provincia, en Cuntis, y lo detuvieron camino de su casa.
Finalmente, el 4 de julio lo condujeron al juzgado de Caldas de Reis (Pontevedra) por un nuevo asalto cometido de 8.14 a 8.20. Lo identificaron de nuevo. "Me hicieron un interrogatorio de trámite hasta que saqué el acta notarial que probaba que estaba en Ourense a las 8.16. Los agentes de la Guardia Civil que me esperaban en la puerta para llevarme murmuraron 'ya investigaremos a ese notario'. Me salí de mis casillas y les dije que era Luis Rajoy Brey, hermano del que había sido ministro de Interior y ahora vicepresiente".
El 13 de febrero de este año, la Audiencia de A Coruña anuló la sentencia de los atracos de Noia. El día anterior detuvieron a Fernando Alberto Pérez Fernández como presunto autor del atraco de Becerreá. Conocido como El Dandy o El ladrón del peluquín, pasaba su tiempo entre el golf y la vela pese a carecer de profesión alguna y no tener a su nombre ni una cuenta bancaria, según las actuaciones judiciales. El pasado martes, el antiguo acusado y el nuevo posaron ante los empleados del BBVA. "Es éste o éste", dijeron. El Dandy salió del juzgado diciendo que demostrará su inocencia. "Sé que si no fuese abogado estaría en la cárcel, pero creo en la justicia", asegura Rodríguez, que ejercerá la acusación particular contra el presunto atracador. Fuentes de las fuerzas de seguridad aseguran que los casos no están cerrados.
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