La campaña que no existe
El Partido Popular renuncia a los actos masivos por temor a boicoteos
Casi nadie en Sabadell sabía ayer qué hacían tres furgones policiales ante un céntrico hotel de la ciudad. Tampoco lo sabían los pasmados vecinos de Montcada i Reixac, que vieron cómo la policía tomaba a mediodía la céntrica plaza de la Església. "Creo que hay alguien del PP", acertaba una vecina que tomaba café ajena al secretismo con que el Partido Popular organiza los actos electorales de Josep Piqué y sus candidatos en estas elecciones.
Se acabaron los grandes mítines y las visitas puerta a puerta. La calle y los espacios abiertos se han convertido durante esta campaña en un terreno casi vedado para el PP y un espacio que evitar siempre que sea posible. Por esta razón, los conservadores han ideado una campaña "de puertas adentro", dirigida casi estrictamente a sus incondicionales, con actos en lugares cerrados e incluso con acceso restringido.
"No es que rehúya la calle, es que prefiere el trato directo", dice uno de los asesores de Piqué
Se trata de evitar situaciones incómodas, exhibiciones de pancartas y reproches o incluso insultos de ciudadanos por la actitud del Gobierno del PP ante la crisis del Prestige, la guerra de Irak o el trasvase del Ebro. Por este motivo, tanto Alberto Fernández Díaz, candidato por Barcelona, como Josep Piqué, que hace su particular gira con vistas a las autonómicas de otoño, no paran de repetir que las del domingo no son unas primarias ni un plebiscito para el Gobierno, sino unas "simples" elecciones municipales.
La campaña de Piqué se distingue por su invisibilidad. Sólo las dos o tres conferencias de prensa que ofrece diariamente en los más variados lugares logran dar proyección pública a un político que ha centrado su campaña en pequeñas reuniones con grupos de empresarios, en los alrededores de Barcelona.
Ayer lo hizo en Montcada, Sabadell y Mataró. El ritual, siempre el mismo: llegada al hotel de turno, declaraciones a la prensa, un aperitivo con los empresarios y otra vez al coche. También alguna que otra visita a empresas o fábricas. La calle, ni pisarla. Su equipo de campaña se encarga de recordar que la semana pasada dio un mitin "abierto y multitudinario" en Badalona, donde asistieron unas 600 personas. Sus asesores también aseguran que si Piqué hace una campaña tan discreta no es tanto por temor a los boicoteos, que lo hay, sino porque "a él lo que le gusta es el tratar a la gente de tú a tú. No es que rehúya la calle, es que prefiere el trato directo". "Ya le tocará dar mítines en otoño", afirman los que le rodean.
Piqué aprovecha estos encuentros para repetir una consigna: "Con lo de la guerra pasamos unas semanas duras, pero desde hace 20 días el ambiente está mejorando mucho. Daremos una sorpresa".
No está tan convencido el candidato popular en Montcada, Teodoro García, que ayer recibió la visita de Piqué y se quejó del "sistemático boicoteo" de su campaña electoral. "Ya no hago mítines, así evito problemas, pero es que algunos no respetan ni los carteles que pegamos". Con sólo dos concejales en el consistorio, el PP de Montcada es el claro ejemplo de la situación de los populares en el área metropolitana, donde si bien lograron unos resultados esperanzadores en las últimas autonómicas, siguen bajo mínimos en el ámbito municipal. Precisamente para superar esta situación, y también para buscar apoyos para los comicios de otoño, Piqué ha centrado sus últimos actos en los municipios del cinturón rojo.
Al ser preguntado ayer por si tiene intención de variar su estrategia en lo que queda de campaña, Piqué no pudo ser más claro: "Nuestro estilo de hacer campaña en Cataluña siempre ha sido el mismo y en las generales de 2000 no nos fue nada mal, ¿verdad?". Tras estas declaraciones, unas palabras con varios empresarios, estrechamiento de manos y otra vez al coche.
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