Balza aumenta las gratificaciones a los agentes antiterroristas y congela las demás
Interior sube del 3% al 5% el porcentaje que pueden recibir de los 4,8 millones de la partida
El Departamento de Interior ha primado a los agentes de la unidad de la Ertzaintza que lucha contra el terrorismo dentro del paquete de medidas dedicado a la seguridad de los agentes que el Consejo de Gobierno aprobó en su reunión del pasado 29 de abril, mientras que las gratificaciones para los llamamientos de agentes fuera de su jornada laboral se mantienen sin apenas modificaciones. El decreto, que pretende una "mayor presencia policial" en condiciones de "máxima seguridad" en las calles, fija que los agentes antiterroristas podrán repartirse hasta un máximo del 5% de la partida global destinada a gratificaciones, establecida en 4.808.100 euros. Hasta el momento, ese porcentaje estaba fijado en el 3%.
Interior utiliza de nuevo una disposición adicional para fijar las gratificaciones por servicios realizados de forma "directa y exclusiva" en "tareas operativas relacionadas con el terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones". Y es aquí donde se produce la modificación fundamental frente al anterior decreto, de junio pasado. "El conjunto de las gratificaciones no podrá sobrepasar, en ningún caso, el 5% de la cantidad" global. Es decir, se premia a los agentes que luchan contra ETA con un volumen de gratificaciones sensiblemente superior, al pasar de 144.243 euros a 240.405 euros, como máximo a repartir entre los elegidos de los 372 ertzainas que están adscritos a la Unidad de Información y Análisis (UIA).
Las gratificaciones para los llamamientos a agentes fuera de servicio son fruto de un acuerdo entre Interior y el sindicato independiente Erne cerrado en febrero de 2002 y publicado en el boletín oficial cuatro meses después. La negativa del Ministerio del Interior a autorizar la ampliación en 200 agentes de la plantilla de la Ertzaintza, la entrada en vigor de las 35 horas en la policía vasca y las condiciones de seguridad pactadas en noviembre de 2001 en el Acuerdo de Arkaute habían atado de pies y manos a la consejería y a los responsables (nagusis) de las comisarías.Balza aseguraba entonces que la Ertzaintza se hallaba casi al borde del colapso. Las gratificaciones le suponían un balón de oxígeno al consejero, que había cerrado el ejercicio de 2001 con un más de 720.000 horas de superávit entre sus agentes, al tiempo que Erne intentaba asegurarse con la medida el cumplimiento de los Acuerdos de Arkaute firmados tras el asesinato de dos agentes a manos de ETA.
La situación actual, sin embargo, ha empeorado sensiblemente. La paz social se ha roto en la Ertzaintza y miles de agentes han salido en varias ocasiones en el último mes y medio a las calles para denunciar su situación y el "autismo" de Balza.
Los cinco sindicatos de la policía vasca mantienen un enfrentamiento con Interior por motivos de seguridad y económicos. Llevan con el convenio prorrogado desde hace 16 meses y consideran que sus condiciones de seguridad son "peores" que cuando se produjo el atentado de Beasain. En la multitudinaria manifestación celebrada en Bilbao el pasado 4 de abril, los sindicatos acusaron a Balza de poner en riesgo a los agentes por volver a las rutinas.
En ese contexto, el 29 de abril pasado, el mismo día en que miles de ertzainas protestaban de nuevo en la capital vizcaína contra Balza y contra la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, por sus condiciones laborales y la falta de seguridad, el Consejo de Gobierno aprobaba un decreto para "reforzar la seguridad de los agentes" en un intento de apaciguar los ánimos. En la presentación de las medidas, tras la reunión del Consejo, no estuvo Balza.
Horas extraordinarias
El decreto destina "fondos para compensar a los ertzainas por las horas extraordinarias que deben prestar en cometidos de seguridad, subvenciona la adquisición de chalecos antibala personales, establece compensaciones para quienes deben realizar cometidos ajenos a los de su rango, mejora los capitales de las pólizas de seguro y establece gratificaciones extraordinarias para compensar a agentes destinados en tareas de lucha contra el terrorismo", según la información ofrecida por el portavoz, Josu Jon Imaz.
El decreto, en realidad, es una mera actualización del aprobado en 2002, un mes antes de que venciera la validez del anterior, que era de un año. Casi un calco en todo su articulado. El pago por horas extraordinarias apenas si ha variado, ya que en el mejor de los casos sube menos de medio euro, es el caso de los llamamientos para oficiales en jornada festiva. Para el agente básico, el incremento es simbólico, entre 32 y 39 céntimos, según se trate de una hora normal o festiva, respectivamente.
El importe destinado a subvencionar la adquisición de los chalecos antibala se mantiene en 709,19 euros, pero el nuevo decreto es más restrictivo, porque frente a los doce meses de vigencia anterior, ahora se reduce a seis meses desde su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco, el pasado 5 de mayo. Las necesidades de llamamientos a agentes fuera de su jornada laboral -que en el caso de la campaña electoral han sido elevadas- han obligado a elevar el tope máximo por agente de horas al año con gratificaciones a 150 y a generalizarlas para toda la plantilla. Antes se fijaban 70 horas para los servicios de acompañamiento (escoltas) y para la División de Recursos Operativos.
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