"Para que se haga lo que ahora, no nos merece la pena gobernar"
Paula Garvín asegura que su objetivo es darle un giro a la izquierda a la ciudad y, sobre todo, evitar que populares y andalucistas gobiernen Sevilla. Pero advierte al PSOE de que no se venderá a cualquier precio.
Pregunta. Ha dicho que no da igual quién gane porque está en juego el futuro urbanístico de la ciudad, ¿cómo puede afectar?
Respuesta. Si hay un gobierno de PP y PA el forcejeo lo habrán ganado los poderes económicos. La gente debe saber que puede votar contra sí misma, porque algunos priman los intereses particulares sobre los generales.
P. ¿El futuro de Tablada no está decidido?
R. Hemos tomado acuerdos plenarios muy importantes, como pedir la declaración de parque periurbano, pero un acuerdo plenario siempre puede ser tumbado por otro. Si cambia la correlación de fuerzas puede pasar de todo. La postura del PP fue una abstención cobarde, pero si el PP dijera realmente lo que piensa no le votaba nadie, sólo los ricos.
P. ¿Catorce concejales del PSOE más tres de IU significan pacto seguro?
R. No consentiremos gobiernos del PP. Pero eso no quiere decir que el pacto sea a cualquier precio. Tenemos un programa, que es el de la izquierda real de Sevilla. Esas propuestas las vamos a poner encima de la mesa; si se aceptan cosas que tuercen el destino de la ciudad hacia la izquierda, estamos dispuestos a remangarnos y gobernar. Pero no me voy a vender por un plato de lentejas.
P. ¿A qué no renunciaría?
R. A los presupuestos participativos como forma de gobernar. Queremos acabar con el clientelismo y la única manera es que entre todos se decida a dónde va el dinero. Y también es vital la política urbanística. Para que se siga haciendo lo que se está haciendo, no nos merece la pena gobernar.
P. ¿Intentaría modificar el proyecto del metro?
R. Sí. Pretendería que el metro fuera público. No sé que tiene Sevilla de especial para que nos cueste todo tan caro. Aún se puede dar marcha atrás. Sólo ha salido la línea uno, quedan otras tres que podemos hacer públicas. Y en la línea uno se puede mantener la concesión de la obra, pero que no tengan la explotación. Es cuestión de negociar, no es imposible.
P. ¿En qué ha traicionado en estos cuatro años el PSOE a su ideología de izquierdas?
R. Por ejemplo, en consentir que se privaticen muchas cosas, como las piscinas. Que cada vez haya más contratas en todo. Lo público es una batalla de la ilustración, de la inteligencia. Eso habría que corregirlo radicalmente, y ahí tengo yo serías dudas de que estén dispuestos a corregir porque el neoliberalismo ha impregnado a la izquierda más moderada.
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