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París, Berlín y Londres pactan que las fuerzas europeas puedan combatir fuera de la UE

Giscard responde a España que la Convención será inútil si no cambia el Tratado de Niza

Carlos Yárnoz

La Convención logró ayer importantes avances para que Europa tenga en el futuro una verdadera política común exterior y de defensa. Entre la posición vanguardista de Alemania y Francia y la restrictiva del Reino Unido, algunos puntos clave contaron con el consenso mayoritario: una cláusula de solidaridad mutua para ayudar al que sufra un ataque terrorista, un ministro europeo de Exteriores y una agencia común de armamento. París, Londres y Berlín, además, quieren que la Constitución permita que fuerzas conjuntas de la UE intervengan fuera del territorio europeo contra el terrorismo.

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Al rebufo del 11-S, la guerra de Irak y las belicistas tesis estadounidenses, los representantes en la Convención asumieron, con la excepción parcial de británicos y nórdicos, buena parte de los artículos relativos a la creación de la Europa de la Defensa. Londres se resiste a las propuestas franco-alemanas de que un núcleo de países pueda ir mucho más lejos o de que las decisiones en política exterior se adopten por mayoría cualificada, no por unanimidad.

Pero los ministros Joschka Fischer, alemán: Dominique de Villepin, francés, y Peter Hain, británico, sí pactaron una enmienda sobre las misiones que tendrán las fuerzas militares a disposición de la UE. Además de objetivos de desarme, misiones humanitarias o "prevención de conflictos", los ministros defienden que esas fuerzas luchen contra el terrorismo "incluso mediante el apoyo prestado a terceros países [suprimen la condición de que sólo sea "a petición de un tercer Estado"] para combatirlo en su territorio".

Ya dentro de las fronteras de la UE, el proyecto de Constitución recoge este texto sobre la cláusula de solidaridad: "Si se produjese en un Estado miembro un ataque terrorista, los demás Estados miembros le prestarán asistencia a petición de sus autoridades políticas". La UE, añade en otro artículo al respecto, movilizará en esos casos "todos los instrumentos de que disponga, incluidos los militares". Fischer, De Villepin y Hain propusieron ayer ampliar esa cláusula a desastres naturales "y otros".

Ahí acaban los grandes consensos entre las tres potencias europeas que más pesan en política exterior y de defensa. El proyecto de Constitución señala que la política común de seguridad "conducirá" a una defensa común, "respetará" las obligaciones de países miembros de la OTAN con la Alianza y preverá que las decisiones "de ejecución" se adopten por unanimidad. Londres, como España, quiere potenciar las referencias a la OTAN, y sobre todo que las decisiones en política exterior y defensa se tomen siempre por unanimidad, mientras París y Berlín reducen el derecho al veto a cuestiones que afecten a "implicaciones militares y de Defensa". Los socialistas españoles, como defendieron Diego López Garrido y Carlos Carnero, van más allá y optan por la mayoría cualificada siempre.

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"Una fantasía"

Similar panorama se observó ayer con respecto a las funciones del ministro europeo de Exteriores. Francia y Alemania quieren que "ejecute" la política exterior, presida el Consejo de Exteriores, represente a la UE en organismos internacionales y pueda intervenir en el Consejo de Seguridad. Londres ha presentado enmiendas para rebajar esas competencias porque, para Hain, es "una fantasía" creer que la política exterior no seguirá en manos de los Estados.

Al margen de estas cuestiones de fondo, ayer sobrevoló por la Convención la polémica creada por España con su amenaza de "bloquear los trabajos de la Convención" si esta asamblea mantiene la tesis, como propone el proyecto de Constitución, de que las decisiones en el Consejo se tomen por la mitad más uno de países siempre que representen al menos el 60% (tres quintos) de la población. "Hay polémica y división", admitió malhumorado Giscard d'Estaing, presidente del foro, porque "algunos países se aferran a la fórmula pactada en Niza", que es la que permite a España, con apoyo de países pequeños, bloquear acuerdos de los grandes.

Pero fuentes oficiales españolas dijeron que la amenaza ha sido "un primer toque de atención, porque habrá más". "El progreso no es que Berlín mande más", añadieron en referencia a la ventaja que con la nueva fórmula logrará Alemania, el país más poblado de la UE con 82 millones. Para estas fuentes, los aliados naturales de España han pasado a ser los países del Este. Con la fórmula de Niza, éstos y España bloquean cualquier acuerdo de los grandes. Con la nueva, no.

De izquierda a derecha, Jean-Claude Dehanne, Giuliano Amato y Valery Giscard d'Estaing, antes de comenzar una sesión de la Convención en Bruselas.
De izquierda a derecha, Jean-Claude Dehanne, Giuliano Amato y Valery Giscard d'Estaing, antes de comenzar una sesión de la Convención en Bruselas.AFP

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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