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EE UU y Alemania dan un primer paso de acercamiento tras la guerra de Irak

Schröder anuncia a Powell que apoya el rápido levantamiento de las sanciones a Bagdad

La visita del secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, a Berlín, primera de un político norteamericano de primera fila tras la crisis de las relaciones entre los dos países como consecuencia de la guerra contra Irak, no ha conseguido romper el hielo. Alemania se muestra dispuesta a olvidar el pasado reciente y mirar hacia el futuro y da indicios de propósito de enmienda respecto a Washington. No obstante, Powell, considerado paloma en la Administración del presidente George W. Bush, ha dejado claro que la reconciliación puede ir para largo y las disputas han dejado huella.

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Para completar la faena desde Washington, Bush propinó al canciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, una estocada transatlántica al conceder 10 minutos de conversación al primer ministro del Estado federado de Hesse, el democristiano Roland Koch, considerado un delfín con ambiciones de canciller.

El lenguaje corporal no engaña. Los gestos dicen más que las palabras. Un golpecito en el hombro de Powell al "amigo Joschka", el ministro de Exteriores, Fischer, registrado con fruición por alguna cadena de televisión alemana, no basta para barrer debajo de la alfombra las diferencias y los resentimientos acumulados en los últimos meses entre dos tradicionales aliados.

Antes de empezar su jornada de entrevistas ayer en Berlín, Powell se encargó de dejar marcada la cancha sobre la que iba a disputarse el partido. En una entrevista en la televisión pública alemana ZDF, Powell constató: "Ha sido lamentable ver estas fuertes diferencias de opinión que tuvimos hasta hace poco sobre el tema de Irak. Ha sido un gran problema que no deberíamos ignorar, pero deberíamos encontrar el camino para avanzar". A la pregunta que flota en el ambiente desde hace semanas en Alemania sobre cuándo volverán a hablarse Bush y Schröder, respondió Powell: "Se verán en la cumbre del Grupo de los Ocho que se celebrará pronto [en junio en Evian, Francia]". Siguió la ducha fría cuando Powell precisó que no sabe si habrá una entrevista personal entre Bush y Schröder: "En los encuentros del G-8 no hay mucho tiempo para reuniones bilaterales. En todo caso, se verán en la cumbre y hablarán en grupo".

Dejó claro Powell que en Irak la ONU tiene que representar un papel decisivo e importante, pero "el papel más importante le corresponde, por ahora, a la actual administración militar". Volvió a lamentar Powell no haber logrado un acuerdo "con Alemania y otros amigos" sobre "el empleo adecuado de la fuerza" en Irak y "por eso EE UU tuvo que trabajar con una coalición de voluntarios dispuestos a actuar".

"Diferencias de opinión"

Ahora Powell espera que, "en el mantenimiento de la paz, Alemania debería representar el papel que quiera (...), en los últimos años ha sido mucho más activa en Afganistán y en los Balcanes". Para que no haya lugar a dudas, Powell advirtió de que no se puede pintar por encima de "las profundas diferencias de opinión. Se necesitará tiempo y tendremos que trabajar mucho para superar esto. Una posibilidad para el principio es, por ejemplo, colaborar en la resolución presentada en la ONU en Nueva York [sobre el levantamiento de las sanciones a Irak]".

La entrevista con Schröder duró poco más de media hora. A la salida, ante la prensa, el canciller y Powell coincidieron en calificar la conversación de "franca y abierta". Schröder le dio dos regalos para que Powell lleve a Washington y declaró primero que Alemania está dispuesta a ampliar el campo de actuación de la tropa destacada en Afganistán fuera de Kabul. Esto supone un incremento de gastos y riesgo para los soldados alemanes destacados en Afganistán. Después añadió el canciller sobre las sanciones a Irak: "Ahora ya no tienen sentido y deberían levantarse lo antes posible". Un Schröder con gesto palpable de malhumor se negó a aceptar preguntas tras la declaración.

[El ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, afirmó ayer que el proyecto de EE UU debe ser "sensiblemente mejorado" antes de que París dé su apoyo al levantamiento de las sanciones a Irak, informa France Presse.]

Tras la entrevista con Powell, Fischer no se olvidó de recordar lo que EE UU hizo por Alemania y Berlín, y expresó la esperanza de "lograr un consenso en interés de las gentes de Irak". Para Fischer, están sentadas las bases para llegar en el Consejo de Seguridad de la ONU a un acuerdo y considera la resolución sobre Irak una buena base. Negaron los dos haber hablado de un papel para la OTAN en la pacificación de Irak.

Colin Powell, a la izquierda, y Joschka Fischer, durante la conferencia de prensa que ofrecieron ayer en Berlín.
Colin Powell, a la izquierda, y Joschka Fischer, durante la conferencia de prensa que ofrecieron ayer en Berlín.AP

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