Caruana insta a las empresas a mejorar su productividad

Jaime Caruana, gobernador del Banco de España, subrayó ayer en Valencia que la mejor garantía de crecimiento económico reside en lograr una mayor productividad de los trabajadores e instó a las empresas a invertir en nuevas tecnologías como una de las mejores vías para garantizar la eficacia de las tareas productivas. Caruana aludía a la economía española en general, pero sus palabras tienen una resonancia especial en el caso de la economía valenciana, cuya industria tradicional sigue anclada en procesos de producción que requieren mano de obra intensiva en sectores tan importantes como el textil, el calzado o el mueble.

Caruana participó en Valencia en una jornada organizada por Valencia Sociedad de la Información, una agrupación impulsada por el Ayuntamiento de Valencia y varios organismos públicos y privados para el fomento del uso de las nuevas tecnologías.

"El crecimiento de la economía española tiene que estar basado en el crecimiento del empleo", dijo Caruana, "pero también en un mayor incremento de la productividad".

Caruana señaló que la OCDE atribuye a las nuevas tecnologías y al desarrollo de la sociedad de la información una repercusión sobre el valor añadido de la producción que oscila entre el 4% y el 17% en sus países miembros. Y recordó los altos indicadores de crecimiento que ha sostenido la economía de Estados Unidos a lo largo de la pasada década como modelo a seguir. "Una combinación de inversión y flexibilización es lo que ha llevado a Estados Unidos a liderar la economía mundial", explicó el gobernador del Banco de España. Y apuntó que a pesar de la evidente desaceleración de los últimos años "la producción norteamericana ha mantenido su crecimiento".

Precios y salarios

Las virtudes de la productividad no repercuten exclusivamente en los beneficios empresariales, siguió Caruana, quien destacó que "la productividad es importante porque mejora la capacidad de crecimiento de una economía; facilita la forma en que los costes laborales se transmiten a los precios, es decir, es menos inflacionista; y determina la evolución de los salarios reales y, por tanto, el nivel de vida y bienestar de toda la sociedad".

Caruana asumió que el retraso que arrastran las empresas españolas a la hora de implantar el uso empresarial de las nuevas tecnologías es un hecho que "responde a una característica estructural de la economía española, ya que ésta siempre ha demostrado cierto grado de debilidad en la introducción de la innovación en España".

Y citó tres áreas estratégicas donde la penetración de las nuevas tecnologías es clave porque arrastra un mayor retraso relativo respecto a nuestros competidores, en primer lugar la Administración pública; en segundo lugar las pequeñas y medianas empresas, pymes; y, por último, en los hogares españoles.