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Un niño de cuatro años muere arrollado por un autocar escolar en el colegio Aula de Barcelona

El juez investigará la presunta imprudencia del conductor al mover el coche con pequeños cerca

Mar Padilla

J. V. R., un niño de cuatro años que cursaba P-3 en la escuela Aula, de Barcelona, perdió la vida ayer al ser arrollado por un autocar escolar. El suceso ocurrió sobre las 8.45 de la mañana, junto a la entrada del colegio, cuando uno de los 15 autocares que transportan alumnos hasta este centro se puso en marcha y atropelló al menor, que acababa de bajar de otro vehículo. El Juzgado de Instrucción número 8 de Barcelona se ha hecho cargo del caso e investigará la presunta imprudencia del conductor por mover el autocar cuando aún había niños a su alrededor y por hacerlo, presuntamente, con las puertas abiertas.

En su declaración ante la policía municipal, el conductor, de 33 años, aseguró que no había visto al menor que bajaba a la calzada. Fuentes de la Guardia Urbana señalaron que el conductor explicó que, tras vaciar el autocar de niños, "miró, no vio a nadie e inició la marcha", momento en que "notó algo y se detuvo, pero ya era demasiado tarde".

El hombre, que dio negativo en la prueba de alcoholemia que se le realizó, sufrió un ataque de nervios tras el atropello y fue atendido por un equipo de psicólogos desplazados el centro, situado en la zona alta de Pedralbes, en la falda de Collserola. Los psicólogos también atendieron a diversos escolares afectados por los hechos y a algunas madres que en ese momento acompañaban a sus hijos a la escuela.

La tragedia ocurrió a primera hora de la mañana. Dos autobuses de transporte escolar de la empresa Niza Tour acababan de dejar a los niños delante de la escuela Aula y estaban aparcados uno detrás del otro. El niño salió del segundo autobús y se dirigió hacia la puerta de la escuela junto con los otros niños caminando en fila india al lado del primer autobús, bajo la supervisión de tres personas adultas.

Por causas que se desconocen, cuando llegó delante del primer autobús, el niño bajó de la acera a la calzada, justo cuando el vehículo arrancaba para ir a aparcar en otro lugar y recoger a otros alumnos que se dirigían a una actividad extraescolar. En ese momento el vehículo golpeó con las puertas delanteras al menor, que cayó al suelo, debajo del autocar. El conductor, ajeno a la caída, prosiguió con la maniobra y arrolló al niño con una rueda delantera, lo que le causó la muerte instantánea.

Maniobra poco habitual

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Josep Maria Lluró, director de la escuela, explicó ayer que el vehículo realizó una "maniobra poco habitual" porque los autobuses escolares "nunca arrancan" hasta que todos los niños han descendido de los vehículos aparcados y han entrado en la escuela. Y es que existe una norma no escrita que señala que los autocares nunca deben moverse hasta que la zona está despejada de niños.

El Juzgado de Instrucción número 8 de Barcelona se ha hecho cargo del caso y en los próximos días citará a declarar al conductor, que fue puesto en libertad tras ser interrogado. El juez, según fuentes judiciales, investigará si el conductor incurrió en una conducta imprudente por mover el vehículo cuando aún había niños a su alrededor y por tener, presuntamente, las puertas del vehículo abiertas al maniobrar.

Ayer por la tarde, algunos padres que fueron a buscar a sus hijos a la puerta de la escuela Aula intentaban responder a las preguntas infantiles. "La muerte nunca tiene explicación, y ésta menos", decía ayer un trabajador de la escuela, quien explicó que cada día llegan al centro una quincena de autocares con más de veinte niños cada uno. "Hay que ir con mucho cuidado: yo recuerdo que para aparcar en ese colegio había que hacer muchas maniobras", explicó ayer un conductor de autocar que trabajaba para ese centro hace dos años. "Además los niños siempre son imprevisibles", decía. A esa hora, decenas de autocares recogían niños en los muchos colegios situados junto a Collserola.

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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