25 d'Abril

Lamentamos tener que remitirle este escrito, que le rogamos que haga público en su diario, a raíz de la cobertura informativa que su medio de comunicación ha dado sobre la conmemoración del 25 d'Abril, celebrada el pasado sábado. Y lo lamentamos precisamente porque EL PAÍS ha sido tradicionalmente un ejemplo de objetividad e imparcialidad en la información.

Sin embargo, desgraciadamente nos vemos obligados a hacerle llegar algunas observaciones importantes sobre el contenido de la crónica publicada en la edición del día 11 (edición Comunidad Valenciana), que a nuestro parecer no refleja la realidad, y que son las siguientes:

Nos ha sorprendido la afirmación de que el diputado del Congreso por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Puigcercós, iba en la pancarta oficial que abría la manifestación, lo que, sencillamente, no es cierto: Puigcercós, efectivamente, estaba presente, pero llevando la pancarta de su propio partido, que participó en la manifestación con una representación importante.

El coordinador de Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) y candidato a la Generalitat por la Entesa, Joan Ribó, no asistió a la manifestación en un segundo plano sino que, como los demás responsables políticos, iba formando parte de la pancarta de su partido.

Puigcercós y Ribó no fueron los únicos políticos que estuvieron allí, también asistieron José Ignacio Pastor, de la ejecutiva del PSPV, de Joan Francesc Peris, diputado de las Cortes Valencianas y miembro de Esquerra Verda y Josep Altaió, responsable de cultura de Iniciativa per Catalunya-Verds, entre otros.

En su periódico habla de un "Front d'Alliberament Nacional" que tanto nosotros como las personas consultadas desconocemos. No hay ninguna constancia de que un grupo con estas siglas estuviera presente en la manifestación, ni de su existencia.

Calificar de "variopinta acumulación de grupos de izquierda" una manifestación que recibió el apoyo de más de 200 entidades cívicas y culturales, muchas de las cuales estuvieron presentes en ella con pancarta propia es una expresión lamentable e impropia de un medio que tradicionalmente ha defendido posiciones progresistas.

La sorpresa, sin embargo, es mayúscula cuando su periódico afirma en titular que fueron 5.000 las personas asistentes a la manifestación. Nuestra organización calculó en 1 hora y 15 minutos el tiempo que tardó en pasar el conjunto de la manifestación por un punto concreto del recorrido.

El conjunto de esa crónica ha sido, por tanto, una sorpresa desagradable.