Ella prefería a Pekín
ENRIC GONZÁLEZ | Washington
Cada año de amor puede costarle a James Smith dos años de cárcel. Fueron 20 de romance y el fiscal pide contra él una condena de 40. La historia de Smith, de 59 años, agente jubilado del FBI, es larga y compleja y contiene, como las buenas historias de espionaje, grandes dosis de ambigüedad y traición. Como suele ocurrir también en las historias de espías, nada está del todo claro y nadie es enteramente bueno o enteramente malo.