Expertos instan a los gobiernos a que impulsen planes para el diagnóstico precoz del alzheimer

En Andalucía se calcula que hay entre 40.000 y 50.000 personas enfermas de alzheimer -y otras tantas, posiblemente, con parkinson-, cifra que en España se eleva hasta los cerca de 450.000 afectados de alzheimer y los 100.000 de parkinson. Estos datos fueron ofrecidos ayer en Sevilla por el investigador español Ramón Cacabelos, quien resaltó que las enfermedades del sistema nervioso representan el tercer gran problema de salud de los países desarrollados. Cacabelos instó a los gobiernos a que impulsen planes que permitan el diagnóstico precoz de estas enfermedades y atajar sus consecuencias, además de reforzar los programas de investigación, atención sanitaria y asistenciales.

Los 1.200 expertos procedentes de 48 países que estos días debaten en Sevilla en la sexta Conferencia Internacional sobre Alzheimer y Parkinson sobre las causas, diagnóstico y nuevas estrategias terapéuticas en el tratamiento de estas patologías, muestran una unanimidad absoluta, y cierta precaución a la hora de aventurar resultados sobre la curación a corto y medio plazo de estas enfermedades degenerativas, que en todo el mundo afectan a unos 25 millones de personas.

Como muestra, lo que dice Ramón Cacabelos, director del Centro de Investigación Biomédica Euroespes (CIBE) que, junto al israelí Abraham Fisher y el norteamericano Israel Hanin, ha organizado este encuentro en Sevilla, que ayer fue inaugurado por la reina Sofía. "Cada año se presentan más de 10.000 trabajos sobre el Alzheimer a la comunidad científica mundial. Y no todos suman avances. A veces los resultados de unos desdicen a los otros", precisa Cacabelos.

Lo que hace menos de un año se anunciaba como un gran avance -la posible obtención de una vacuna para prevenir el alzheimer- hubo de desecharse meses después ante los efectos secundarios graves -se dieron numerosos casos de meningitis- que este "proyecto de fármaco" tenía para los pacientes de este ensayo clínico. "Y es que es muy difícil eliminar la sustancia tóxica del cerebro que provoca el alzheimer; que era lo que pretendía la vacuna", resume Fisher. Como éste, otros muchos proyectos de investigación para combatir el alzheimer y el parkinson pasaron en los últimos tiempos del éxito al fracaso en pocas semanas. "Lo último que estamos intentando, precisa Fisher, "es encontrar un único compuesto que combata los síntomas de la enfermedad mental y detenga, a su vez, el proceso degenerativo".

"En este sentido sí podemos dar un mensaje de esperanza", añade. Una esperanza que en ningún caso tendrá solución definitiva antes de diez años, en opinión de la gran mayoría de científicos que se han dado cita en Sevilla. La investigación con células madre, las terapias génicas o los tratamientos quirúrgicos, por ejemplo, no han hecho más que empezar. Quizá los datos más esperanzadores, y que estos días se prestarán en la capital hispalense, sean los que tienen que ver con los fármacos nuevos. El medicamento recién aprobado en Europa y España, la memantina, por ejemplo, es un fármaco de nueva generación que parece que está dando muy buenos resultados en el tratamiento y control de las demencias.

Las enfermedades de degeneración neuronal y del sistema nervioso ocupan, después del cáncer y las cardiopatías, el tercer lugar en la atención sanitaria. El coste, por tanto, es muy alto. Entre 15.000 y 50.000 euros le cuesta a la sociedad cada enfermo de alzheimer o de parkinson al año. De ahí el hincapié que los científicos hacen en la labor preventiva. "Si los estados hiciesen prevención, se ahorrarían muchas vidas, mucho sufrimiento y mucho dinero", resume Cacabelos. Pero para hacer prevención hace falta impulsar procesos de concienciación y estos pasan por varios niveles: el del enfermo, la familia, la administración, los investigadores... A todos, resume Cacabelos, debería preocuparnos más "el cuidar nuestra vida" de jóvenes para disfrutar en la vejez de buena salud.