Clos: "Llevamos 20 años reduciendo desigualdades"
El 'alcaldable' del PSC critica que Trias se diga socialdemócrata tras votar 990 veces con el PP
Barcelona lleva 20 años acortando las desigualdades sociales entre los barrios ricos y los pobres. Joan Clos, de 53 años, alcalde de Barcelona y candidato a la reelección por el PSC, destacó ayer que esa tendencia a reducir las diferencias se mantiene, como muestra la última encuesta metropolitana, pese a las políticas conservadoras y neoliberales del Gobierno del PP. Esta ha sido una de las señas de identidad de los gobiernos municipales de izquierdas y se ha logrado, según Clos, con una política de inversiones destinada a incrementar todo tipo de equipamientos sociales y mejorar la calidad del espacio urbano en los barrios más desfavorecidos. "Poco a poco las grandes diferencias que dejó la dictadura se han ido equilibrando", dijo. Como alcalde de Barcelona desde 1997, Clos se considera uno de los artífices de ese proceso, que pretende seguir impulsando.
"La solución a la inmigración pasa por una política de vivienda y seguridad"
"Existe el riesgo de que la burbuja inmobiliaria especulativa estalle"
Pese a la mesura que le caracteriza, no puede evitar cierto enojo cuando se le pregunta sobre las críticas que le formula el candidato de CiU, Xavier Trias, que le acusa de descuidar las políticas sociales: "¿Cómo es posible que Trias se presente ahora como socialdemócrata cuando ha votado 990 veces con el PP en el Congreso?", preguntó.
Joan Clos fue designado por el ex alcalde de Barcelona Pasqual Maragall en septiembre de 1997. Dos años después, en las municipales de 1999, rozó la mayoría absoluta, el mejor resultado obtenido nunca por el PSC en Barcelona. Pero su dedicación a la gestión municipal se remonta a 1979, cuando se incorporó como responsable técnico del área de Salud Pública del Ayuntamiento de la mano del concejal Felip Solé Sabarís. Luego fue promovido a concejal de Sanidad y más tarde compaginó esta responsabilidad con la concejalía de Ciutat Vella, desde la cual inició la mayor transformación que ha vivido la parte antigua de la ciudad. En 1991 fue promocionado a la categoría de médico gestor de la Hacienda municipal, desde la cual emprendió, con mano de hierro, una drástica contención del gasto y la reducción de la deuda. Con este bagaje en su haber, afronta por segunda vez la reelección y confiesa que esta vez lo hace con una ilusión añadida: que Pasqual Maragall gobierne al otro lado de la plaza de Sant Jaume.
"¿El AVE? No se sabe dónde está. Tal vez depositado en alguna de las cuevas o fallas del terreno", comentó con cierta sorna el candidato del PSC por Barcelona. Pero más allá de los problemas -muchos- y el retraso -incalculable-, Clos insistió en que a su juicio lo preocupante es que el AVE se quede en Barcelona: "Sería grave que durante 12 años o los que sean el AVE sólo uniera Madrid y Barcelona, porque el Gobierno francés ha decidido desprogramar la prolongación de la línea de alta velocidad entre la frontera y Montpellier". Eso significaría, en opinión del alcalde, que Barcelona se convertiría en una más de las ciudades periféricas de Madrid, reforzando así la estructura radial diseñada por el Gobierno al servicio de Madrid.
El desarrollo de Barcelona está estrechamente ligado a las infraestructuras. El AVE es una de ellas, pero Clos reclama también la gestión del aeropuerto. Son las infraestructuras potentes de ese tipo las que influyen para que las empresas tomen la decisión de instalarse o no. Como ejemplo de la diferencia entre ser o no ser, el candidato del PSC citó la evolución de la Fira de Barcelona respecto de la de Madrid: "Ifema se ha promocionado gracias al apoyo del Gobierno de la comunidad y del central, y con la ayuda de algunos presidentes de compañías privatizadas en manos de sus amigos". Barcelona tiene que dar el salto de la sociedad industrial manufacturera a la de las nuevas tecnologías. Y no porque sean las tendencias actuales, sino por necesidad: "La Unión Europea dejará de subvencionar las agricultura y pasará esos fondos a la investigación y el conocimiento, y nosotros hemos de posicionarnos en ese cambio".
De puertas adentro, en los límites estrictos de la ciudad, el alcaldable del PSC se muestra abiertamente descontento con la respuesta que se está dando al reto de la nueva inmigración: "La política de integración de inmigrantes se está viendo perjudicada por los problemas de seguridad y los de la vivienda". En ese punto, Clos dirige sus críticas a la política desarrollada por el Partido Popular desde Madrid y apoyada por el Gobierno de CiU. No quiere hablar de planes específicos de viviendas para la inmigración -rechaza una discriminación positiva-, sino de una política de promoción de viviendas de alquiler, tanto públicas como privadas, pero fuertemente subvencionadas: "Se trata de facilitar viviendas para las personas con menos posibilidades económicas y está claro que muchos de los emigrantes están en ese grupo". En cuanto a la seguridad, afirma que se debe hacer un importante esfuerzo económico para mejorar la justicia y aplicar otras reformas penales, como penas alternativas a la prisión. "Sólo así se conseguirá vencer la asociación que establecen muchos entre inseguridad e inmigración".
Pasqual Maragall fue el alcalde de los JJ OO. ¿Será Clos el alcalde del Fòrum?, se cuestionó en el debate. Al candidato socialista le cuesta, en primera instancia, referirse al Fòrum, más allá de la intervención urbanística de la zona del Besòs. Pero cuando empieza a disertar sobre el acontecimiento, es difícil pararlo. Ayer ocurrió. Y Clos insistió en que la esencia del Fòrum es el propio territorio: "No es casualidad que se eligiera como escenario lo que se había convertido en una gran cloaca industrial. Precisamente lo que el Fòrum pretende es hacer un ejercicio de solidaridad urbana que lleva a sustituir más de 2.000 viviendas y a reformar y mejorar depuradoras, en vez de trasladarlas a 50 kilómetros de Barcelona". Clos criticó duramente la política de vivienda del Partido Popular, que subvenciona la compra y contribuye a crear una burbuja inmobiliaria que ha elevado los precios hasta niveles inasequibles para la mayor parte de la población. "Pero cuidado", advirtió el alcalde con énfasis, "existe un serio riesgo de que la burbuja especulativa estalle. Cuando el 60% del ahorro está en hipotecas y el interés está al 2,5%, vaticinar que no va a estallar, como se apresuran a hacer algunos, es muy arriesgado".
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