Ruido en Salteras

Muchos vecinos de Salteras (Sevilla) hemos padecido durante el último fin de semana de abril una severa agresión acústica causada por dos fiestas juveniles organizadas los días 25 y 26 ¡por el propio Ayuntamiento! Es la institución que tiene el deber de velar por que el derecho al descanso que tenemos todos los ciudadanos sea respetado, quien se dedica a transgredirlo impunemente. Da que pensar que la única alternativa a la botellona que el gobierno municipal ofrece a los jóvenes de Salteras son este tipo de fiestas, con música "bacalao".

El día 25 la juerga duró hasta las dos de la madrugada, lo que provocó que a la una tuviera que llamar a la Policía Local para pedir que se bajara el volumen de la música. El sábado 26 duró hasta las seis de la mañana, teniendo otra vez que llamar a la Policía. No sólo no se bajó el volumen sino que en algunos momentos hasta se elevó. Sé que no fui el único que realizó estas llamadas, pero el resultado de todas fue el mismo: ninguno. Por lo visto, en Salteras no se gobierna para todos los ciudadanos, sino sólo para unos cuantos, para sus amigos. Al resto, abandono, desidia y desconsideración.

Tengo tres hijos pequeños, el menor de siete meses. En la zona viven muchas parejas con niños.

Señor alcalde: no ha tenido usted bastante con dilapidar el dinero público adquiriendo la Casa Quintanilla, como la han bautizado, en un oscuro convenio urbanístico por un precio que rondará finalmente 1,5 millones de euros cuando nadie la compraba por menos de un millón. Encima la dedica a sede de fiestas para molestar a gran parte del vecindario.

Yo, al igual que ha hecho José Saramago con Fidel Castro, aquí trazo la línea, hasta aquí hemos llegado. Usted ha perdido mi confianza, ha dañado mis esperanzas, ha defraudado mis ilusiones. Usted no es mi alcalde, no me defiende ni me siento representado por usted Ahora sí, le reconozco un mérito. Ha conseguido que yo tenga algo en común con Aznar. Hago mío su viejo lema y se lo aplico directamente a usted: ¡Váyase, señor González, por favor, váyase!