El Louvre recupera la genialidad de Leonardo y desvela sus tesoros ocultos
La exposición reúne dibujos, manuscritos, pinturas, cuadernos e inventos del creador
El Museo del Louvre presenta, del 9 de mayo y hasta el 14 de julio, más de 130 dibujos, 3 pinturas, 12 manuscritos y 2 álbumes de retratos de Leonardo da Vinci. De los dibujos, 85 son originales del propio Leonardo, y otros 47, realizados por sus alumnos o seguidores. Algunas de las obras no habían sido nunca mostradas al público, pero puede que lo más impresionante para el visitante sea la oportunidad que le ofrece la informática de hojear los cuadernos de Leonardo. La exposición está organizada en 14 espacios o áreas temáticas.
La exposición se abre con el paso de Leonardo por el taller de Andrea del Verrocchio, un episodio del que Giorgio Vasari cuenta que llevó al maestro a renunciar al uso del color ante el virtuosismo inigualable de su joven alumno. Muy pronto, éste logra pintar los pliegues de la ropa de manera prodigiosa. A los 17 años, en blanco y negro pero con pincel, Leonardo logra unos efectos de textura de gran exactitud.
La Virgen -con niño o con gato- es otro objeto de estudio del pintor. Se trata de un tema clásico y, en opinión de André Chastel, "ya nadie podrá volver a afrontarlo como antes de que lo hiciera Leonardo porque éste no deja nada en el estado en que lo encuentra". Las vírgenes del artista ven su felicidad de madres rota por la consciencia del drama futuro.
La Adoración de los Magos, obra mayor inacabada, hoy en Florencia, fue materia de numerosos estudios previos, ya sean de caballos, personajes o arquitecturas. Ver cómo cada uno de esos ensayos es luego introducido en el contexto es un ejercicio fascinante. Los retratos, con su juego de contraste entre la juventud y la vejez, o su galería de monstruos, de personajes grotescos o extraños, han sido luego explotados por multitud de grabadores, como también su investigación sobre las relaciones que pueden establecerse entre los cuerpos de distintos animales, sus cabezas y las proporciones humanas.
Si los cuadernos reales, cedidos por el Instituto de Francia para la ocasión, son presentados dentro de las correspondientes vitrinas, los virtuales pueden leerse, página a página, gracias a unos ordenadores que, además, facilitan la ampliación de cada dibujo o invierten los textos que Leonardo escribió voluntariamente del revés.
Una exposición dedicada a Leonardo sin referencia a sus inventos es inimaginable. Aquí se han privilegiado las armas, los dibujos sobre problemas de balística y armamento militar que le sirvieron a su autor de carta de presentación ante la corte de Ludovico Sforza. De su periodo florentino pueden verse los dibujos preparatorios para una pintura hoy desaparecida, la conmemorativa de la batalla de Anghiari, y que ocupaba, en el palacio Viejo de la ciudad toscana, el muro opuesto al que Miguel Ángel destinó a otra batalla, la de Cascina. De ambas gestas sólo quedan los esbozos y copias de algunos episodios, con gestos y expresiones que ponen al día ese miedo y dolor que ya captara tan bien Paolo Uccello.
De entre los leonardescos seleccionados por el Louvre, casi todos ellos en tanto que retratistas, las obras más hermosas son las de Giovanni Antonio Boltraffio, excelente dibujante al que durante muchos años sus mejores obras han sido precisamente atribuidas al propio Leonardo.
El Louvre organiza también una serie de conferencias sobre el personaje, invita a un reputado actor teatral -François Marthouret- a leer textos de Leonardo, se proyectan películas o se edita un disco y se organiza un concierto de música de la Corte de Isabel d'Este. En una sala aparte, el museo ha invitado al artista contemporáneo James Coleman a crear su propia obra sobre Leonardo y su opción ha consistido en proponer en vídeo de alta definición una serie de pinturas de Da Vinci que tienen que ver con los dibujos seleccionados. Mientras, en la región de la Touraine, en el castillo en que Leonardo vivió sus últimos tres años, el de Clos Lucé, se abre un parque cultural en el que se evoca su obra desde muchos ángulos y que tiene como elemento más atractivo la presentación de nada menos que 40 máquinas ideadas por Leonardo y que ahora IBM ha hecho fabricar con los materiales de la época. Es decir, que ante nuestros ojos y en tres dimensiones, tenemos el primer avión, el primer coche, el primer helicóptero o el primer puente giratorio.
Babelia
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