_
_
_
_
_

Manchas de fuel del 'Prestige' llegan a la costa atlántica francesa

Restos de chapapote han vuelto a ensuciar una decena de playas al sur de Bretaña

Galletas de fuel del petrolero Prestige han manchado durante el pasado fin de semana una decena de playas del sur de Bretaña. Del Finisterre español al Finisterre francés hay aproximadamente 1.000 kilómetros en línea recta. Esta nueva contaminación aviva los malos recuerdos en una costa que quedó ennegrecida masivamente por el accidente del petrolero maltés Erika, hundido en sus proximidades en diciembre de 1999.

Más información
Rajoy anuncia acciones contra los "auténticos responsables" de la catástrofe del 'Prestige'

Desde la noche del pasado viernes, ese litoral sufre una contaminación difusa en una zona cuyo aspecto recuerda al de las Rías Bajas gallegas. Un número indeterminado de bañistas, beneficiarios del buen tiempo del fin de semana, salieron con los pies manchados de fuel. Otros restos han sido observados en alta mar, por lo que se esperan nuevas arribadas de manchas de chapapote.

Los primeros análisis muestran que la nueva oleada de galletas tiene la misma composición que las registradas en el suroeste de Francia durante los primeros meses del año, según ha informado la Fiscalía de Brest, que ha dado instrucciones a la Gendarmería de recoger sistemáticamente muestras de la contaminación. Las autoridades locales han pedido ayuda al primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, para conseguir que todo quede limpio "en 48 horas", y consideran insuficientes los medios municipales.

El laboratorio de la Armada ha realizado pruebas a partir de dos muestras recogidas al sur del Finisterre francés que confirmaron que el chapapote había salido de los depósitos del Prestige, según el fiscal de Brest, François Nicot. Las bolas y manchas de combustible empezaron a ser vistas en Bretaña a partir del viernes, sobre todo en el litoral de los municipios de Combrit, Loctudy, Plomeur, Penmarch, Ile-Tudy y Treffiagat.

A juicio del científico Michel Girin, que dirige el Centro de Estudios sobre la Contaminación Marina (Cedre), lo más probable es que se trate de manchas antiguas del Prestige mezcladas con otros residuos que llegan al Finisterre francés empujadas por el viento del sur. El episodio demuestra hasta qué punto se ha esparcido la contaminación. "No creo que estos restos indiquen un nuevo y dramático estallido en los tanques del Prestige", precisó Girin a este periódico.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Más que un problema de salud o de temor a pérdidas económicas directas, la llegada de nuevos restos de fuel del Prestige contribuye a actualizar las reclamaciones pendientes. El Gobierno francés ha gastado 42 millones de euros en la limpieza de la contaminación procedente del Prestige y una comisión interministerial evalúa los daños sufridos por los ostricultores, pescadores y profesionales del turismo. A mediados del pasado febrero, el Gobierno español estimó los perjuicios para España en 1.000 millones de euros. La discusión sobre las reclamaciones es importante porque el Fondo Internacional para la Indemnización de los Daños por Hidrocarburos (FIPOL) ha advertido de que sólo dispone de 171,5 millones de euros para repartir entre todos los damnificados, los españoles y los franceses.

En el suroeste de Francia se han recogido unas 14.000 toneladas de residuos, en los que el fuel del Prestige se mezcla con otros productos.

Los ayuntamientos de Biarritz y demás localidades turísticas abrieron las playas en marzo y la autoridad gubernativa levantó las restricciones al baño el 9 de abril. La municipalidad de Arcachon organizó el sábado una fiesta para demostrar que las playas están limpias y que se pueden consumir sin temor las ostras de su famosa bahía. Nadie quiere arriesgarse a un fracaso de la estación estival, durante la cual 2,5 millones de visitantes acuden a las playas del suroeste de Francia.

Agencia de Guardacostas

Por otra parte, el PSOE ha presentado una proposición no de ley para que se cree la Agencia de Guardacostas Española, y establecer así un nuevo modelo "vertebrador" de gestión de seguridad y salvamento marítimo para evitar catástrofes como la causada por el Prestige, según manifestó en una rueda de prensa en el Congreso el portavoz socialista en la Comisión de Infraestructuras, José Segura. Éste explicó que la Agencia de Guardacostas se debería encargar también de vigilar la contaminación marina, el narcotráfico, la emigración en condiciones infrahumanas y los recursos pesqueros.

La propuesta socialista pretende dotar de una nueva estructura a Salvamento Marítimo, según Segura, ya que se ha visto la "colosal ineficacia" del Plan Nacional de Salvamento Marítimo 2002-2005. La iniciativa incluye una propuesta para que la Administración disponga de cuatro remolcadores con capacidad para realizar sus tareas en alta mar, y para que se modifiquen las disposiciones sobre la regulación del tráfico marítimo cerca del cabo Finisterre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_