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La policía turca reprime una manifestación de víctimas del terremoto

La policía turca efectuó ayer disparos al aire y se enfrentó a cientos de víctimas del terremoto del jueves, que exigían más ayuda gubernamental. Mientras tanto, se desvanecían las esperanzas de encontrar vivos a decenas de niños enterrados bajo un internado destruido por el temblor.

El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, culpó de los disturbios a provocadores de Bingol, que fue un importante centro de la rebelión kurda en los años ochenta y noventa. Erdogan defendió la actuación de las fuerzas de seguridad, pero al mismo tiempo anunció la destitución del jefe de la policía de Bingol. "Todos estamos sufriendo juntos el mismo dolor", dijo Erdogan. "Se han tomado medidas rápidamente y los equipos de rescate controlan los lugares más dañados. Pido a la gente de Bingol que se calme y sea sensible".

El terremoto, de 6,4 en la escala Richter, causó la muerte de 114 personas en esta zona montañosa y pobre del sureste de Turquía, según el centro de crisis instalado en Bingol.

Los encargados del rescate trabajaron durante toda la noche retirando escombros del internado de niños. Los trabajos se interrumpieron ocasionalmente para evacuar en camilla a algún superviviente. Ayer por la tarde se habían encontrado 34 cadáveres, la mayoría de ellos de alumnos. Muchos padres se congregaron en la zona, envueltos en mantas y reunidos en torno a hogueras. Aunque dejaron de oírse gritos de ayuda, los equipos de emergencia utilizaron perros para comprobar si alguno de los 67 niños enterrados estaba aún vivo.

"Seguiremos trabajando mientras creamos que hay alguien vivo", dijo un comunicado distribuido entre las familias. Por la tarde, sin embargo, comenzó a utilizarse maquinaria pesada para retirar los escombros, lo que indica que ya no había necesidad de tomar excesivas precauciones.

Muchos habitantes de Bingol pasaron la noche fuera de sus casas por temor a que una réplica del terremoto las derribara. Su indignación se hizo patente durante la mañana, cuando más de 1.000 personas marcharon hasta las oficinas del gobernador exigiendo su dimisión. La policía disparó al aire durante dos minutos desde los escalones que dan acceso al edificio para disolver a los congregados. Los manifestantes corrieron hacia las calles adyacentes y respondieron con el lanzamiento de piedras, mientras los policías, muchos con uniforme antidisturbios, disparaban de nuevo al aire e intentaba frenar la protesta con mangueras de agua. Hubo heridos por ambas partes en la refriega.

"No se ha disparado sobre la gente", dijo Erdogan. "Se ha disparado al aire... es algo que se hace de vez en cuando para controlar una situación".

La policía turca expulsa a un manifestante del edificio del Gobierno regional en la ciudad de Bingol.
La policía turca expulsa a un manifestante del edificio del Gobierno regional en la ciudad de Bingol.ASSOCIATED PRESS

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