Los trabajadores de Sintel revientan el Primero de Mayo y agreden a Fidalgo
El líder de CC OO fue golpeado con un palo en la frente y requirió dos puntos de sutura
Los trabajadores de Sintel reventaron ayer la celebración del Primero de Mayo en Madrid. Cuando los dirigentes sindicales se dirigían a la plataforma para pronunciar sus discursos, una persona que se encontraba entre los manifestantes de Sintel y que aún no ha sido identificado agredió al líder de CC OO, José María Fidalgo, causándole una herida en la cabeza de la que tuvo que ser atendido en Urgencias del hospital Clínico. En medio de una manifestación cargada de tensión, el agresor golpeó violentamente al sindicalista con un palo de pancarta, primero en la espalda y posteriormente, cuando Fidalgo se giró, en la frente. Este segundo golpe le originó una brecha profunda y una fuerte hemorragia que requirió dos puntos de sutura. La agresión provocó la suspensión de los discursos.
Previamente, y durante más de tres horas, el secretario general de CC OO recibió una cascada de insultos de un grupo de unas 1.000 personas con distintivos de la empresa Sintel, antigua filial de Telefónica, que reivindican puestos de trabajo. Los incidentes comenzaron en la plaza de Cibeles, donde tenía que comenzar la marcha. Allí mantuvieron inmovilizada durante una hora la cabeza de la manifestación, en la que estaban representantes sindicales y políticos.
Ese colectivo, que responsabilizaba a CC OO del incumplimiento de los acuerdos de recolocación de la plantilla de Sintel por parte de Telefónica y del Gobierno, centró todos sus ataques en el secretario general de esa central. "Fidalgo, el mejor ministro del PP", "Fidalgo dimisión, Sintel solución", además de algunos improperios, fueron algunos de los gritos coreados.
Las críticas e insultos a Fidalgo se mantuvieron a lo largo de todo el recorrido de la marcha por la calle de Alcalá. En ese trayecto, el grupo de Sintel se situó estratégicamente delante de la cabecera, y el servicio de orden se limitó a hacer un cordón. Ya en la Puerta del Sol se produjo la agresión, que fue condenada por la tarde por la Asociación de Trabajadores de Sintel.
Los responsables de CC OO y UGT, así como del PSOE e IU, lamentaron que este conflicto haya arrebatado el protagonismo a la celebración de la fiesta de los trabajadores.
El dirigente socialista Jordi Sevilla, además de condenar esos hechos violentos, aseguró que "sólo benefician al PP". El coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, manifestó que "nada justifica la violencia y quien tiene que dar soluciones a Sintel es el Gobierno". Cuando tuvo conocimiento de los incidentes, el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, manifestó en Valencia su "gran indignación" ante "la repudiable agresión sufrida" por el dirigente sindical. En parecidos términos se expresaron Alberto Ruiz-Gallardón y otros responsables del PP.
Denuncia
El equipo de Fidalgo tenía indicios previos de que podía tener un desarrollo violento por la actuación de los trabajadores de Sintel. Tras la agresión contra el sindicalista mostraron su convencimiento de que no era un hecho fortuito.
Fidalgo no tiene intención de presentar denuncia. El dirigente de la central en Madrid, Javier López, sí la presentó ayer ante los juzgados de guardia de Madrid. Además, mostró su confianza en que las grabaciones de las cámaras y el testimonio de los testigos permitan identificar al autor material de la agresión. La policía también investiga quiénes son los responsables. Unos 250 agentes de la Unidad de Intervención de la Policía, conocidos como antidisturbios, eran ayer los encargados de velar por la seguridad de los manifestantes.
"Los insultos no me quebrantan"
José María Fidalgo rehusaba ayer analizar en qué ha derivado el conflicto de Sintel, porque está convencido de que la dirección del sindicato firmó unos buenos acuerdos y son los trabajadores de la antigua filial de Telefónica los que han rechazado los empleos que se les ha ofrecido.
Tras la cascada de insultos y la agresión por la que tuvo que ser atendido en el Hospital Clínico se limitó a afirmar: "Los insultos no me quebrantan porque sé que son acusaciones absolutamente infundadas".
El líder de CC OO, médico traumatólogo, pasó la tarde ayer escuchando a Verdi y atendiendo las llamadas telefónicas de los que se interesaban por su estado de salud y de ánimo. Entre ellas las del presidente del Gobierno, José María Aznar; del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero; y del coordinador general de IU, Gaspar Llamazares. Al Hospital Clínico acudieron a verle el secretario general de UGT, Cándido Méndez, el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, y buena parte de los dirigentes de CC OO.
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