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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Contra Bardales I y II

En el término municipal de Luzaga (Guadalajara), así como en otros pueblos colindantes (Cortes de Tajuña y Hortezuela de Ocen), está previsto instalar dos parques eólicos llamados Bardales I y Bardales II. La energía eólica es una energía renovable y limpia, ya que no genera residuos; sin embargo, no hay que olvidar las importantes consecuencias que tiene sobre el paisaje la instalación de enormes molinos de más de cien metros de altura.

No obstante, este impacto sobre el paisaje no es ni mucho menos la única consecuencia negativa de la instalación de estos parques. La zona en la que se pretenden instalar es una zona de alto valor ecológico, situada a sólo nueve kilómetros del Parque Natural del Alto Tajo. En la zona habitan numerosas especies de aves (águila, buitre, alimoche, halcón, etcétera) que se verán seriamente afectadas, ya que la ubicación del parque eólico supondrá eliminar la vía de paso natural de estas aves. La flora también se verá afectada, incluidas especies protegidas y de alto valor ecológico, como las sabinas. Los parques eólicos ni siquiera van a generar puestos de trabajo, sino que van a terminar con la única vía posible de resurgimiento de una comarca castigada por la despoblación, como es el turismo rural.

Lo más curioso de todo es que el estudio de impacto ambiental realizado para la autorización de los proyectos no tiene en cuenta de forma rigurosa ninguno de estos aspectos, como tampoco tiene en cuenta que la línea eléctrica para la evacuación de la energía de estos parques atraviesa una zona declarada de protección por su interés arqueológico.

Los vecinos de Luzaga han mostrado su total desaprobación a la instalación de estos parques. Su puesta en marcha significaría que, una vez más, las personas que nos representan en los Gobiernos no actúan en favor de los intereses de los ciudadanos, sino sirviendo al dinero y al poder. Por eso es necesario recordarles que, frente a los intereses multimillonarios de las grandes empresas, están obligados a cuidar de lo que es frágil, pequeño y hermoso.

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