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ELECCIONES 2003 | La batalla por Madrid

Los homosexuales amargan la jornada de la candidata

"Eso de la familia es un concepto muy amplio", dijo la candidata

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La calle de Fuencarral era ayer poco después de las once de la mañana un hervidero de coches y de gente merodeando por los comercios. En el número 37, además de la algarabía que caracteriza al barrio de Chueca, había señales de que algo iba a pasar. Una veintena de personas, casi todos homosexuales, aguardaban la llegada de Ana Botella, que, acompañada de la consejera de Servicios Sociales, Pilar Martínez, iba a visitar un centro de apoyo a gays, lesbianas y transexuales.

Cuando Botella descendió de su coche el grupo de homosexuales levantó su pancartas y alzó sus voces. "Hipócrita, a ver si te sale un hijo igual", le gritó uno de los presentes. La candidata sonrió y no paró de hacerlo hasta que se adentró en el portal. Eso sí, antes de dar los cuatro pasos que separan la acera del edificio, escuchó más insultos. Los escoltas que acompañaban a Botella la rodearon para protegerla, a la vez que se abrían paso a duras penas. Al fondo, una pancarta de dos lesbianas: "Somos pareja hace 10 años, somos una familia".

Cuando Botella logró llegar al primer piso del edificio, escuchó durante casi 45 minutos los problemas que un centenar de homosexuales plantean a diario en ese centro. "¿Cuál es vuestro trabajo?", preguntó la candidata a los empleados de la oficina. "Somos psicólogos y tratamos de ayudar a los homosexuales y transexuales tanto de manera individual como a través de grupos de trabajo".

Botella se sorprendió ayer de que muchos gays "salieran del armario" cumplidos los 30 años y del caso de un chaval que llegó un día al centro relatando que sus padres, al saber que no era heterosexual, le habían quitado el móvil, la conexión a Internet y vigilaban sus salidas de casa. "Nos contó que le habían llevado a un psiquiatra para que se curase", añadieron.

Botella, tras escuchar a los profesionales, no varió su discurso y evitó pronunciarse sobre el matrimonio entre homosexuales y la adopción de niños por éstos. "Eso de la familia es un concepto muy amplio, habría que ver cada caso....", indicó.

De nuevo en la calle, la candidata escuchó más insultos y, ya dentro del coche, fue seguida por los concentrados, aprovechando que la vía estaba atascada. Un escolta entonces se volvió a un joven suramericano y le espetó: "Tú vete a votar a tu país". Al final, un policía municipal permitió que el coche oficial se saltase un semáforo para dejar atrás la tensa mañana.

Trinidad Jiménez, candidata del PSOE, expresó ayer su rechazo por los incidentes.: "Independientemente de compartir o no las ideas de otros candidatos, quiero que todos tengan el mayor de los respetos".

ULY MARTÍN

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