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Abu Mazen promete acabar con la Intifada para lograr el Estado palestino sin violencia

Una amplia mayoría de diputados apoya el plan del nuevo primer ministro

El nuevo primer ministro palestino, Abu Mazen, anunció ayer en su discurso de investidura ante el Consejo Legislativo, reunido en Ramala, que uno de los primeros objetivos de su Gobierno será luchar contra el terrorismo, controlar a las milicias y confiscar las armas ilegales, "acabando con el caos armado", es decir, con la Intifada. El mensaje del jefe del Ejecutivo y la configuración de su Gabinete, compuesto por 24 ministros, fue aprobado por una amplia mayoría de 51 diputados. Sólo 18 votaron en contra y hubo 3 abstenciones.

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"No hay una solución militar en el conflicto palestino", anunció ayer Abu Mazen, de 68 años, en la sala de actos del cuartel general de la Mokata, en Ramala, convertida en Parlamento improvisado, ante una multitud compacta, integrada por diputados, periodistas, invitados y seguidores, que llenaban completamente la estancia.

Abu Mazen, de pie, al lado del presidente Yasir Arafat, describió las líneas generales de su programa político, mientras en el exterior centenares de militantes de las organizaciones de derechos humanos y de los partidos radicales reclamaban a voz en grito su lealtad al presidente, pero también la libertad de los presos políticos, como condición previa a cualquier compromiso con Israel.

"Hay sólo una autoridad. No hay lugar para armas, excepto las que están en manos del Gobierno", recalcó Abu Mazen con firmeza, en una clara referencia dirigida a las facciones armadas, a las que advirtió de que iba a desencadenar una operación para confiscarles las armas, poniendo de esta manera fin a un terrorismo que condenaba porque es opuesto a las "tradiciones religiosas y morales". Estos métodos, "más que apoyar nuestra justa causa, la destruyen", añadió el primer ministro palestino.

Las palabras de Abu Mazen, que propugnan el fin de la lucha armada y de la Intifada, suponían también un mensaje de buena voluntad dirigido a Israel, una mano abierta al Gobierno de Ariel Sharon, al que emplazó de forma tajante a aceptar sin más dilaciones la aplicación de la Hoja de Ruta, la receta de pacificación impulsada por Estados Unidos, Rusia, Naciones Unidas y Europa, el llamado Cuarteto, que pretende concluir el año 2005 con la proclamación del Estado de Palestina.

"No negociaremos la Hoja de Ruta. La Hoja de Ruta debe ser aplicada", continuó el primer ministro en su discurso, en el que desautorizó de esta manera a los sectores más conservadores del Gobierno de Ariel Sharon, que plantean la necesidad de volver a la mesa de negociaciones para reexaminar el plan de paz, al que hace no menos de 15 objeciones básicas, en una maniobra destinada a buscar dilaciones. Dirigiéndose hacia estos mismos sectores, Abu Mazen les conminó a abandonar los asentamientos porque son, en su opinión, el obstáculo más importante para la "paz real". "Israel debe elegir entre los asentamientos o la paz", añadió Abu Mazen.

El Gobierno israelí de Ariel Sharon reaccionó ayer con cautela ante el mensaje de Abu Mazen y recalcó que lo más importante "no son las palabras, sino los hechos". El presidente de Israel, Moshe Katsav, aseguró que confiaba en las buenas intenciones del primer ministro palestino. "Si Abu Mazen lucha realmente contra el terrorismo, encontrará en Israel un interlocutor para la paz", recalcó el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Silvan Shalom.

Pero el discurso de Abu Mazen fue rechazado por los partidos fundamentalistas Hamás y Yihad Islámica, que desde Gaza anunciaron ya su intención de no deponer las armas y continuar con la Intifada hasta la retirada del Ejército ocupante. "Su llamamiento es inaplicable, porque nuestras vidas están amenazadas por el enemigo sionista y lo más importante es defender nuestra tierra", dijo un portavoz de Hamás. Esta reacción de las organizaciones islamistas palestinas era la respuesta lógica a un día repleto de incidentes armados en Cisjordania y Gaza, donde cinco palestinos habían encontrado la muerte por disparos del Ejército israelí.

Yasir Arafat  hace el signo de la victoria junto a Abu Mazen, a la salida  de la votación parlamentaria de ayer.
Yasir Arafat hace el signo de la victoria junto a Abu Mazen, a la salida de la votación parlamentaria de ayer.AP

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