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Ribó acusa a Pujol de perjudicar a la escuela pública y beneficiar la concertada

El presidente atribuye a los socialistas las deficiencias del Estatut

Enric Company

Los ecos de la dimisión de 17 directores de escuela pública de Tarragona llegaron ayer al Parlament. Rafael Ribó, diputado de Iniciativa Verds (ICV), acusó al Gobierno de Jordi Pujol de negar a las escuelas públicas lo que concede a las privadas concertadas. Ribó puso como ejemplo la denegación de una nueva línea de parvulario a una escuela pública de Tarragona al mismo tiempo que se concedía a una escuela concertada.

Ribó preguntó ayer a Pujol, en la sesión de control parlamentario del Gobierno, qué opinión le merece el hecho de que nada menos que 17 directores de escuela pública de Tarragona hayan dimitido para protestar por la marginación de que es objeto la escuela pública en detrimento de la privada concertada.

El diputado ecosocialista puso como ejemplo el hecho de que el Departamento de Enseñanza denegara la ampliación de una línea de parvulario a una escuela pública que la necesitaba para atender la demanda, al mismo tiempo que la concedía a una escuela privada concertada.

Pujol defendió la actuación del Gobierno de CiU en favor de la escuela privada concertada alegando que está obligado por la ley a atender el derecho de los padres a escoger el centro escolar para sus hijos. Tanto es así, aseguró, que si en el caso de Tarragona el Gobierno catalán hubiera "frenado" la petición de la escuela concertada y el asunto hubiera llegado a los tribunales, el Ejecutivo habría perdido, "porque la ley es la ley, y nos obliga", añadió.

Lo que Ribó había expuesto, sin embargo, es que la política del Gobierno de CiU en materia de enseñanza carga a la escuela pública "la factura social" encargándole que se ocupe de los alumnos con más problemas y ahorrando esta función a la escuela privada concertada, la cual, sin embargo, se financia también con fondos públicos. En apoyo de su argumento, Ribó leyó unas frases de la carta del delegado de Enseñanza en Tarragona, Xavier Bagés, en la que justificaba su actuación ante los 17 directores dimisionarios. "Comprendo que podáis considerar poco favorecedora de nuestra pretendida igualdad entre centros públicos y privados concertados", reconocía Bagés.

Maragall

El líder de la oposición socialista, Pasqual Maragall, intentó ayer en vano que Pujol definiera su posición ante las diversas propuestas para el futuro de Cataluña. "Díganos de una vez qué quiere o qué cree que Cataluña ha de ser en el futuro: un Estado libre asociado, un pueblo federado o un país independiente", le pidió.

La respuesta de Pujol, tras señalar sarcásticamente a Maragall que "cada vez lee mejor los escritos" que lleva preparados para la sesión de control, fue atribuir a la actuación de los socialistas en 1979 que Cataluña "no tenga un Estatut como el que debería". Luego corrigió y agregó que también fue culpa de la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido que gobernaba en 1979 y que, junto con el PSOE, formaba en las Cortes la mayoría necesaria para aprobar o rechazar la propuesta de estatuto para Cataluña.

Pero lo más sorprendente de la respuesta llegó al final, cuando Pujol arremetió contra el PSOE, a pesar de reconocer que "ahora como entonces" su concurso es necesario para la aprobación de cualquier reforma del estatuto de autonomía. Pujol auguró unas magras perspectivas para la reforma estatutaria "si se ha de hacer caso de las declaraciones de Rodríguez Zapatero en las que dice que

la Constitución no da margen para nada, o si acaso, sólo para una reforma postiza del Senado, que todo el mundo sabe para qué sirve".

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