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LA PRECAMPAÑA ELECTORAL

El número de extranjeros que votarán en las municipales en Alicante aumenta un 116%

El rechazo a la política urbanística en el litoral explicaría el aumento de la participación

Alicante se sitúa a la cabeza en número de extranjeros que acudirán el próximo domingo 25 de mayo a las urnas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 32.595 electores de la Unión Europea y noruegos participarán en los comicios, un 116% más que en la anterior consulta, cuando se inscribieron 15.061 extranjeros. En Valencia votarán 4.299 y en Castellón, 1.489. Muchos expertos reconocen que los abusos urbanísticos y un cambio en el perfil del residente europeo explican este espectacular interés y notable incremento por participar en la consulta.

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Las cifras hablan por sí mismas: de los 143.070 electores de la Unión Europea y de Noruega que acudirán a las urnas en las elecciones municipales y autonómicas de mayo -según los datos oficiales del INE-, 32.595 lo harán en Alicante, lo que representa un 22% del total estatal. La provincia de Alicante se sitúa a la cabeza en el número de electores que han solicitado a la Oficina del Censo Electoral poder votar. Con derecho a voto el INE tenía registrados 108.193 en Alicante, 13.277 en Valencia y 4.492 en Castellón, que obligatoriamente debían solicitar por escrito su interés en acudir a votar.

Detrás de Alicante, y con mucha diferencia en número de electores, figura Málaga (17.110), Barcelona (14.749), Madrid (12.938) y Valencia (4.299). Por localidades, Torrevieja reúne el mayor número de residentes extranjeros que participarán (unos 4.500), seguida de Xàbia, Teulada, Calp, Dénia, San Fulgencio y Benidorm. Por países de origen, casi la mitad de los electores son británicos, seguidos de alemanes y de Países Bajos. Estos datos demuestran que la inminente cita electoral ha despertado un gran interés entre los europeos afincados en las comarcas de la Marina Alta y Baixa así como en la zona de la Vega Baja.

El canadiense Charles Svoboda, presidente de la Asociación Abusos Urbanísticos No de Xàbia, reconoció ayer que la inadecuada aplicación de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) y los abusos de la propiedad que se han cometido en los últimos meses ha podido influir en este incremento. "Los extranjeros queremos votar porque las leyes que luego aprueban nos afectan a todos", dijo este residente, quien animó a todos a "participar" en las elecciones.

En este sentido, Gabino Ponce, profesor del departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante, que ha realizado diversos estudios sobre los residentes extranjeros en la Costa Blanca, calificó de "detonante" la polémica surgida por los abusos cometidos por el agente urbanizador que contempla la LRAU. "Creo que ha sido clave. Los europeos tienen una cultura urbanística muy clara, se han visto amenazados y ahora es lógico, y era previsible, que quieran participar y elegir a su alcalde", explicó Ponce. El profesor de la Universidad de Alicante recuerda que en muchos países nórdicos y centroeuropeos hay una "tradición participativa en la gestión municipal" muy arraigada.Tonny Cabban es británico, reside en Xàbia y hace cinco años fundó un partido político con gente independiente, muchos de ellos extranjeros. "Los abusos urbanísticos es una razón fundamental, pero la falta de participación y de consultas democráticas con los ciudadanos es algo que no compartimos", dijo este miembro del Grupo Independiente de Xàbia.

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Jubilados, integrados y participativos

Al margen de los abusos urbanísticos o el rechazo que la indebida aplicación de la LRAU haya podido provocar entre la comunidad europea residente en Alicante, los investigadores detectan un cambio "sustancial" en el tipo de extranjeros que instalan su residencia en la Marina Alta y Baixa. "Hace unos 20 años tuvimos oleadas de europeos que buscaban un retiro dorado, tranquilo y apacible en la costa mediterránea", recuerda el geógrafo de la Universidad de Alicante Gabino Ponce. Estos primeros residentes vivían en comunidades cerradas, tenían sus propias urbanizaciones, clubes privados, restaurantes con sus platos favoritos e incluso medios de comunicación que les mantenían informados, en su lengua de origen, de las noticias de sus países de procedencia.

Sin embargo, esta realidad se ha ido transformando. Algunas de estas propiedades las han heredado sus hijos, que son más jóvenes; luego hay un grupo importante de residentes prejubilados de las grandes empresas centroeuropeas, que tienen unos 50 años, que vienen aquí con otra actitud. "Esta nueva generación de residentes foráneos es más joven y está dispuesta a participar", explica Ponce, que cita a modo de ejemplo cómo estos europeos se integran aprendiendo un nuevo idioma, se interesan por la cultura y las tradiciones de la zona que les acoge, y por este motivo "también es lógico que les interese la vida política local y autonómica y quieran votar para sentirse partícipes de su nueva comunidad".

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