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Reportaje:

España extrema la vigilancia

Sanidad intensifica los controles a la enfermedad sin crear alarma social

Patricia Ortega Dolz

El Ministerio de Sanidad ha anunciado esta semana que va a intensificar las medidas de precaución y control para evitar la propagación de la neumonía asiática. De hecho, en los aeropuertos con conexión directa con alguna de las ciudades afectadas, como es el caso de Pekín (dos vuelos semanales) o de Toronto (un vuelo diario) con Barajas, ya hay destinados médicos de Sanidad Exterior que practican controles a todos y cada uno de los pasajeros de dichos vuelos. "Se les pasa un cuestionario para ver si han sentido alguno de los síntomas que caracterizan la enfermedad. De ser así, se llega hasta a tomarles la temperatura y se toma nota del lugar en el que va a encontrarse cada pasajero en los 10 días siguientes -se calcula que el período de incubación es de dos a 10 días-. Si alguno de ellos desarrollara el síndrome se localizaría inmediatamente a las personas que le acompañaron en el viaje", explican fuentes de Sanidad. "También se está informando convenientemente a las personas que, a pesar de las advertencias, viajan hacia las zonas de riesgo", agregan. Además, España dispone, en el Centro Nacional de Microbiología (CNB), de los medios para detectar el coronavirus que provoca el síndrome.

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No obstante, fuentes de AENA señalaban que los pasajeros pueden haber realizado escalas en otros muchos países después de haber pasado por alguno de los afectados y entrar sin ningún control. Hasta ahora se han realizado controles a cerca de 50 vuelos y a casi 6.000 pasajeros, y en puertos marítimos a unos 40 buques, según fuentes de Sanidad.

Pese a que el terror se propaga tan rápido como la enfermedad, que desde el 26 de febrero ha causado 293 muertes, afectado a más de 5.000 personas y que mantiene en jaque a la OMS y a los servicios sanitarios de los diez lugares afectados -Hong Kong, Guandong, Shanxi y provincia de Taiwan (China), Hanoi (Vietnam), Singapur (Singapur) y Toronto (Cánada) y se ha ampliado a Pekín y Mongolia interior y ayer a Italia-, no parece existir ninguna alarma entre los ciudadanos españoles.

Los falsos casos registrados en el país -un bilbaíno que había estado en Hong Kong; un extremeño que había estado en China y un madrileño que había viajado a Toronto-, no han trastocado el ritmo ni de bazares ni de restaurantes, principales negocios regentados por los más de 40.000 chinos que viven en España. "Algunos clientes nos han manifestado sus temores, pero les explicamos que nuestra materia prima la compramos en España. El trabajo es similar al de otros meses, a final de mes siempre baja un poco", dice la dueña del Bambú Garden en Madrid.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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