Aznar ve superada la guerra y retorna a la polémica sobre la seguridad ciudadana

"Se ha acabado", sentenció ayer José María Aznar al presentar en Santander a sus candidatos. Lo que se ha acabado es la guerra, y su consigna para la campaña electoral es que "aquí no se baja la cabeza delante de nadie". "No tenemos que excusarnos por nada". Con esa actitud, Aznar pronosticó que el PP ganará el 25-M, "y las elecciones generales, también". El presidente dedicó un enorme elogio a Alberto Ruiz-Gallardón: "Cuando penséis en el PP y hagáis la lista de los mejores, ponedle a él". Gallardón realizó una entusiasta defensa del Gobierno y de crítica a la oposición por la crisis de Irak.

El PP trata de destacar supuestas inconsistencias del equipo contrario para contraponerlas a la presunta solidez propia. La "inconsistencia" elegida ayer por Aznar en Santander fue la inseguridad ciudadana. "He escuchado ahora a la coalición Llamazares-Zapatero decir que están muy preocupados por la seguridad ciudadana", dijo con aparente sorpresa. La inconsistencia de tal preocupación, según él, es que el PSOE e IU "han votado no" en el Congreso de los Diputados a las medidas contra la delincuencia que el Gobierno aprobó en enero y el Parlamento, en abril.

"Por la seguridad ciudadana hemos de estar preocupados todos", arrancó Aznar para recriminar al líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, sus declaraciones. "La coalición Llamazares-Zapatero está muy preocupada, pero cuando ha tenido que votar en el Congreso la reforma de la prisión provisional, votó 'no', y quiero que se sepa. Cuando hubo que votar para endurecer las penas a los reincidentes, es decir, que no es lo mismo delinquir una vez que 17, votaron 'no'. Y cuando propusimos expulsar a un extranjero delincuente también votaron 'no".

Aznar se refería así a la votación en el Congreso a principios de abril de las leyes de Prisión Provisional y de Medidas en Materia de Seguridad Ciudadana. Ambas fueron aprobadas por el PP, CiU y Coalición Canaria. El PSOE presentó enmienda a la totalidad a la ley de prisión provisional por considerarla "represiva" y fiel a la "retórica de barrer las calles de delincuentes". Y se opuso a la segunda porque "olvida las políticas sociales y se ceba en los pequeños delincuentes".

El fragor de la crisis de Irak ensordeció la polémica que estas cuestiones suscitan en el Parlamento. Ayer Aznar quiso recuperar tal disputa pues el anuncio, en enero, de las reformas para aumentar la seguridad ciudadana fue recibido con gran respaldo ciudadano, según las encuestas.

La atribución de "inconsistencia" al PSOE no se limitó a la inseguridad ciudadana. La guerra tuvo capítulo especial. "El otro día, el señor Zapatero decía que no quería votos de la guerra. Pero después dijo que no se puede olvidar la guerra, y que los ciudadanos deberán tener muy claro si los candidatos están con Naciones Unidas o con el Pentágono", añadió Aznar para ironizar: "¿Quién le iba a decir a Gonzalo Piñeiro [candidato del PP a la alcaldía de Santander] que iba a tener que salir por las calles diciendo 'no voy a ser sumiso en mi vida con el Pentágono'? ¡Eso no se le había ocurrido ni a los que hacen guías del candidato!".

Tras la chanza, su conclusión: "Lo malo de agitar sentimientos y ponerse mucho detrás de las pancartas es que cuando los sentimientos se tranquilizan y las pancartas se pliegan se ve que detrás no había nada. Nada".

El PP sí tiene, según Aznar, "gente con decisión, coraje y con una idea cabal de su país en la cabeza". Y entre ellos, destacó a Alberto Ruiz-Gallardón, que "ha sido y es un excelente presidente de la comunidad autónoma de Madrid". Aznar les dijo a los suyos: "Cuando penséis en el PP y hagáis la lista de los mejores, ponerle a él. Por eso va a ser el mejor alcalde de Madrid".

Ruiz-Gallardón fue uno de los teloneros en el mitin de Aznar y fue el que arrancó más aplausos. Agradeció a Aznar que "haya dado la cara" por los integrantes de las listas del PP. La guerra de Irak, recordó Gallardón, comenzó cuando los candidatos ya lo eran. "Como tales, hemos visto a un presidente del Gobierno y del partido que ha tenido el coraje de estar donde tenía que estar, de dar la cara, y tenemos que estar orgullosos de ello". Si el elogio de Gallardón conlleva una crítica implícita a alguien de su partido por no haber estado en esta crisis "a la altura de las circunstancias" queda sólo para los muy expertos.