Corbatas por Galicia
Una artista trabaja cada viernes en Bilbao en una instalación que denuncia el vertido del 'Prestige'
163 corbatas manchadas de chapapote lanzan su grito en contra de la catástrofe del Prestige desde un patio de Bilbao. La idea de este trabajo es de la artista Cristina Gutiérrez-Meurs (Madrid, 1966) y el escenario donde se muestra, el patio de la galería Bilkin (Heros, 22). La artista ha colgado diez cuerdas blancas de un lado a otro de la pared. En cada una cuelga hasta 20 corbatas, sujetas con clásicas pinzas de madera, a las que también afecta el chapapote. Sólo utiliza corbatas que le han dado, hasta ahora, amigos y conocidos, y "tres que me han llegado por correo".
Gutiérrez-Meurs teme que su proyecto se interrumpa por falta de corbatas. "Por ejemplo, para el próximo viernes no tengo. Una vez, que no tenía ninguna, estuve tentada de comprar, pero habría perdido sentido la performance", explica. Su trabajo se realiza los viernes, todos desde el pasado 17 de enero, Gutiérrez-Meurs acude a la galería a realizar su instalación artística. "Sólo he faltado uno que estuve en Arco". La galería también recoge las corbatas que se le quieran donar.
Las primeras que colgó Gutiérrez-Meurs, 97 de una tacada, estaban manchadas de una mezcla de brea y benzeno "similar al chapapote", cuenta. Pero, aunque utilizó una mascarilla de doble filtro, los vapores que inhaló le produjeron nauseas y mareos. "Quería experimentar lo mismo que los que recogen chapapote, pero me di cuenta de que así no podría seguir. Ahora las mancho con acrílico, con una pintura al agua".
Entre las corbatas que ha recibido hay auténticas reliquias. En otras, más modernas, el negro fuel cubre parcialmente motivos Disney.
La performance artística se titula Esplendorosas, un término muy alejado de la apariencia de este complento tras pasar por las manos de Gutiérrez-Meurs. "Elegí ese título por un comentario que hizo un político en diciembre del año pasado tras sobrevolar las playas gallegas, que todos habíamos visto de color negro en televisión, y él dijo que estaban esplendorosas", indica.
Ese comentario la indignó y se decidió a realizar esta acción. "Hablaba con gente en Galicia y me decían que estaban desesperados". Esta es, pues, su aportación, su contribución a denunciar lo sucedido con el Prestige, las malas decisiones tomadas, los "balones fuera". "He llegado a la conclusión de que gente que busque soluciones y asuma responsabilidades, no hay".
Además, la acción de Gutiérrez-Meurs se complementa con un diario que se puede leer a la entrada de la galería. Incluye fotos de cómo progresa la instalación y reflexiones de la artista. También algunas frases "esplendorosas" que se dijeron los primeros días de la catátrofe. Como éstas del delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández Mesa: "Hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha vertido no se conoce", y "el destino del fuel en el fondo del mar es convertirse".
A pesar de que Gutiérrez-Meurs ha llegado al convencimiento de que "estas acciones no sirven para nada, no hay más que ver las movilizaciones contra la guerra en Irak", seguirá con la instalación, "mientras reciba corbatas y haya vertido".
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