Reforzar la lucha por la salud laboral
Afirma el autor que las cifras de siniestralidad laboral en Euskadi resultan todavía inadmisibles, porque tienen causas evidentes y responsables conocidos.
Con ocasión del próximo 28 Abril, Día Internacional de la Salud de los Trabajadores y trabajadoras, una vez más, el sindicalismo mundial (CIOLS) llama a movilizarse, a recordar a los 1.100.000 trabajadores que anualmente mueren en el mundo, a los millones de mutilados, enfermos, víctimas de un trabajo precario o insalubre y a exigir la prevención real de los riesgos. Este año, tampoco podemos olvidar a los periodistas y miles de victimas iraquíes por los bombardeos de las fuerzas invasoras, ansiosas de controlar la riqueza de los pozos petrolíferos
Que en pleno siglo XXI, con los avances científico-técnicos existentes y los enormes beneficios empresariales, las cifras de siniestralidad durante 2002 en la CAPV resultan inadmisibles: 116.322 accidentes de trabajo, 55.574 con baja, 587 graves, 104 mortales y 2.818 enfermedades profesionales. Y eso teniendo en cuenta que estas cifras oficiales olvidan a numerosas víctimas sin derecho, a prestaciones, y que no figuran en las estadísticas, (trabajadores autónomos, que asumen trabajos de alto riesgo a precios que obligan a sacrificar las medidas preventivas; víctimas de enfermedades laborales como el cáncer, asma o las lesiones músculoesqueléticas, que las Mutuas desvían a enfermedad común, con la pasividad médica de Osakidetza, eludiendo su prevención en origen).
En 20002 se han registrado 116.322 accidentes de trabajo, con 104 muertes
El derecho a la vida, la salud e integridad física-psíquica, son derechos fundamentales, pero su conculcación se olvida en los centros de trabajo. ¿Cómo entender la débil reacción del Gobierno Vasco, de los partidos,... frente a tanto sufrimiento, cuando es posible evitarlo, con mayores recursos humanos y económicos destinados a la prevención? El Estado Español sigue siendo la vergüenza de la Unión Europea por su alta tasa de siniestralidad, (pese al positivo descenso en accidentes leves, aumenta en un 8,1% las victimas mortales). Euskadi no se diferencia, pese a la propaganda del Consejero de Trabajo, salvo en la ausencia de diálogo social y el desprecio reiterado a los fondos de la Fundación para la Prevención, por su supeditación a la política sectaria de ELA.
La siniestralidad no es resultado de ninguna fatalidad. Tiene causas y responsables conocidos: el incumplimiento empresarial, la práctica fraudulenta de algunas Mutuas, la alta tasa de temporalidad, la larga cadena de subcontratación, la escasez de recursos disuasorios de la Inspección de Trabajo y Osalan o la debilidad sindical en pequeñas empresas o sectores de gran precariedad.
No es casualidad que la mayoría de las víctimas pertenezcan a pequeñas empresas o subcontratas, a las que se ha externalizado actividades de riesgo y donde los trabajadores se encuentran con débil capacidad para exigir prevención. En este contexto, adquiere especial importancia, la creación de la figura del Delegado Territorial de Prevención que CC.OO. reivindica, y que ya funciona en otras Comunidades con resultado positivo. La presencia, asesoramiento y exigencia preventiva de estos delegados en las obras de construcción o pequeñas empresas, se convierte en la mejor garantía para reducir la siniestralidad como ya han demostrado los Delegados de Prevención en grandes empresas.
En las últimas semanas se ha vislumbrado la posibilidad de un Acuerdo Tripartito para la Prevención en el sector de la Construcción que permita cortar la grave sangría de accidentes, con la creación de un Aula Permanente para formación de los trabajadores del sector, haciendo obligatoria la formación preventiva; la creación de instrumentos sindicales de intervención externa en las obras, se llamen Delegados Prevención o Comisión Territorial; el compromiso del Gobierno y Administración Pública Vasca de establecer mayores exigencias en la adjudicación de obra pública, con relación a las contratas y porcentaje de eventualidad, erradicación de falsos autónomos y horas extras, mayor rigor en los visados de seguridad,... La vía del Acuerdo Tripartito en esta materia, la concreción y desarrollo de la ley en los convenios de empresa o sector, marcan el camino para comenzar a taponar la sangría de muerte e invalidez en el trabajo.
Los reconocimientos médicos generales que venían realizando las Mutuas han finalizado. Es hora de la vigilancia específica de la salud, en relación directa con los riesgos y el plan de prevención. Las malas prácticas de algunos Servicios de Prevención con unidades móviles, tratando a las personas como alganado, la declaración de "no apto" para el puesto de trabajo, el ocultamiento de la existencia de Enfermedades Profesionales, el incumplimiento legal de la vigilancia sanitaria, o el rechazo a la gestión despótica de la IT por las Mutuas, sitúa al sindicalismo ante nuevos e importantes retos.
Hacer frente a la siniestralidad laboral y daños a la salud de los trabajadores, exige una respuesta lo más unitaria posible. La división frentista impuesta por ELA, que otros acatan cómodamente, no se justifica en casi nada, mucho menos en la defensa de la salud. El frentismo se convierte en un obstáculo para la lucha social, dificulta aun más la solución democrática a los problemas de Euskal Herria. Es hora de que todas las fuerzas reflexionen y se pronuncien sobre sus nefastas consecuencias.
Lógicamente, la defensa de la salud en el trabajo no puede quedar reducida al 28 de abril, animamos a realizar asambleas, reuniones, actos de protesta, reivindicación y acción cotidiana en las empresas. Se nos contrata para aportar nuestro saber y esfuerzo, no para sacrificar la salud, y menos la vida. El empresario tiene que cumplir sus obligaciones, el Gobierno Vasco movilizar los recursos humanos y económicos para cortar esta sangría. La presencia y fortalecimiento de CC.OO. en las empresas, es la mejor garantía para defender la salud en el trabajo.
Jesús Uzkudun Illarramendi es Secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de CC.OO. Euskadi.
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