El National Trust catalán

La Fundación Territori i Paisatge ha cumplido cinco años de vida. En este periodo, la entidad ha logrado convertirse en el primer propietario particular de suelo rústico de Cataluña, con 6.921 hectáreas repartidas entre una docena de fincas de alto valor ecológico. Lo singular es que ha comprado todo este terreno con la finalidad de preservarlo. También ha adquirido los derechos de tala de 19 bosques del Pirineo con la intención de no ejercerlos nunca y así poder conservar el arbolado tal como está. Y para celebrar su aniversario, Territori i Paisatge acaba de recibir su primera donación: un propietario particular le ha regalado un robledal de 25 hectáreas situado en Osona para que la fundación garantice que continuará siendo un robledal.

La historia de Territori i Paisatge empieza en 1998, cuando la entidad financiera Caixa de Catalunya se embarcó en una iniciativa sin precedentes en España. Se trataba de comprar territorio para protegerlo, a imagen de lo que hace en el Reino Unido el famoso National Trust, una entidad creada en 1895 que actualmente gestiona 248.000 hectáreas en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

Pero si el National Trust fue creado por tres filántropos victorianos, en Cataluña esta iniciativa se apoya en una potente caja de ahorros. Entre los espacios naturales que ha conseguido adquirir la fundación se encuentran auténticas joyas, como el Congost de Montrebei (un impresionante desfiladero que corta a tajo la sierra del Montsec en la línea divisoria de Cataluña y Aragón), la montaña de Alinyà (Alt Urgell), el bosque de Vilalta (macizo de Prades), el Port d'Arnes (Ports de Beseit), el Congost de Fragerau (Montsant) y algunos espacios vecinos a los Aiguamolls de l'Empordá, que constituyen, con otros, una red de espacios de alto valor ecológico, una alternativa a la red oficial de parques naturales. Su compra ha supuesto una inversión de 4,2 millones de euros y la entidad prevé destinar unos cinco millones a nuevas adquisiciones en los próximos años.

Gestión y custodia

Una de las singularidades de la fundación es que gestiona lo que compra. Puede parecer una obviedad, pero no lo es. La ley actual no obliga a que los parques naturales oficiales tengan planes de gestión. Sin embargo, aun careciendo de una calificación oficial como espacio protegido, las fincas de Territori i Paisatge se benefician de planes de gestión que son aplicados por los ayuntamientos o por entidades locales. Y no sólo se trata de proteger unos ecosistemas, sino de gestionar espacios naturales en los que viven y trabajan personas. Jordi Sargatal, director de la fundación, explica: "En nuestros terrenos de Alinyà viven 86 personas, y queremos reintroducir, por ejemplo, algunas razas autóctonas de ganado para garantizar la pervivencia del sistema tradicional de prados y, con ello, de una de las actividades tradicionales de sus habitantes'.

Ahora Territori i Paisatge extenderá su modelo de gestión a la misma Generalitat, que lo aplicará en sus propios parques naturales, y a los propietarios forestales que quieran acogerse a su tutela. Con esa finalidad han creado el concepto de "custodia del territorio", para ayudar a los propietarios de las fincas rústicas a gestionarlas de manera adecuada sin que la propiedad cambie de manos.

La educación ambiental centra también las actividades de esta entidad, que el verano pasado abrió el centro de divulgación de Les Planes de Son, un gran equipamiento que permite descubrir el Pallars y realizar actividades programadas de exploración del territorio. El centro ha creado unos 20 puestos de trabajo y ya ha sido visitado por unas 8.000 personas. Una de sus funciones es demostrar a todos que "existen alternativas a las pistas de esquí como modelo único en el desarrollo del Pirineo", dice Joan Cals, consejero de Caixa de Catalunya.