Greenpeace critica la gestión del CSN en la fuga de la central de Trillo
"Desde que María Teresa Esteban Bolea preside el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el secretismo se ha apoderado de este organismo". El responsable de asuntos de energía nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, lamentó así ayer que el CSN tardase dos días en informar de la fuga de vapor radiactivo que se produjo el viernes dentro del edificio de contención del reactor de la central nuclear de Trillo. "Aún estamos esperando que expliquen por qué se produjo el escape", matizó Bravo.
Tanto Greenpeace como Ecologistas en Acción pidieron un examen exhaustivo de todo el sistema de la central de Trillo y el cierre progresivo pero urgente de todas las nucleares, empezando por las más peligrosas.
La central de Trillo es la más nueva de España (se inaguró en 1988) y la más cara (costó unos 3.000 millones de euros). Pese a ello es la que ha tenido más incidentes, unos 20, dos de ellos de nivel dos en una escala de cero a siete. El incidente del viernes fue catalogado por el CSN como de nivel 0.
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