Europa apuesta por que vuelvan a Irak los inspectores cuando haya seguridad
La UE quiere tener "un papel significativo en la reconstrucción política y económica del país"
Los cuatro países de la UE en el Consejo de Seguridad (Francia y Alemania, contrarios a la guerra en Irak, y Reino Unido y España, a favor) apuestan por el regreso de los inspectores de la ONU al país invadido una vez que EE UU garantice la seguridad. Es ése uno de los puntos en los que los cuatro han aproximado posiciones, pero el francés Jacques Chirac advierte de que rechaza fórmulas que se traduzcan en "una legitimación a posteriori" de la invasión. Por el momento, la UE redujo diferencias y aseguró que quiere "un papel significativo en la reconstrucción política y económica del país".
En un texto difundido en Atenas al término de la Conferencia Europea (40 líderes de los Quince, los 10 candidatos y los vecinos del Este y Balcanes), la UE hace hincapié en que la ONU debe jugar "un papel central", incluso encabezando "el proceso hacia el autogobierno para el pueblo iraquí", aunque empezando por coordinar la ayuda humanitaria.
Por primera vez desde que se inició la guerra, Europa proclama su determinación para participar en la "reconstrucción política y económica", se congratula de que el G-7 o el Banco Mundial también deseen contribuir a la labor y pide a "los vecinos de Irak" que apoyen la estabilidad en la región.
Distribuido como un comunicado de la presidencia de la Unión, el texto fue "aceptado por todos", como dijo Costas Simitis, primer ministro griego y presidente de turno de la UE. Molesto por estar ausente de los contactos de los cuatro, les recomendó "no precipitarse" porque el papel de Europa y de Naciones Unidas habrá que "negociarlo" con Washington (no se cita ni a Estados Unidos ni a las fuerzas de ocupación) antes de saber "qué puede hacer cada uno".
También el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, calificó de "procedimiento incorrecto" el utilizado por los cuatro protagonistas. "Recoge el sentir común", comentó la ministra española de Exteriores, Ana Palacio. En la noche del miércoles, los ministros de Exteriores de los citados cuatro países, junto con los de Bulgaria y Rusia (ambos también en el Consejo de Seguridad), se reunieron en Vouliagmeni, a 20 kilómetros de Atenas, para hablar del proceso post-Sadam con el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Levantar sanciones
El levantamiento de las sanciones impuestas a Irak en 1990, como ha pedido Washington, y la vuelta de los inspectores son los dos puntos más inmediatos sobre los que se debate. Fuentes que conocieron el desarrollo de las reuniones de los ministros señalaron que "la tentación" de levantar las sanciones a cambio de la vuelta de los inspectores no es admisible por Francia, que insiste continuamente en que rechazará "toda legitimación a posteriori de la guerra", como ha insistido Jacques Chirac. Por eso, el presidente francés se mostró el jueves muy prudente y declaró que levantar las sanciones es "deseable", pero que la ONU debe "concretar las modalidades".
De hecho, como explicaron fuentes diplomáticas, levantar ahora las sanciones, que incluyen el Programa Petróleo por Alimentos de la ONU, dejaría a Naciones Unidas aún más debilitada de lo que ahora está. Por eso, Simitis aclaró que ninguna medida de ese tipo puede adoptarse antes de "normalizar" la situación.
Al margen del citado comunicado, que sólo recoge los puntos mínimos comunes, los ministros reunidos hablaron de poner en marcha dos primeras fases globales en Irak. La primera correspondería a las fuerzas de ocupación y consistiría en restablecer infraestructuras básicas (agua, energía, hospitales...).
Fase de "normalización"
En la segunda, la de "normalización", entraría en juego Europa y debiera estar centrada en la recuperación de las relaciones internacionales bajo el control de la ONU. Otro de los puntos que cuenta con gran apoyo consiste en que sean varias, y no sólo una global, las resoluciones que se voten en Naciones Unidas para la etapa después de la caída del régimen de Sadam Husein.
Los cuatro tienen previsto reunirse de nuevo la semana próxima para concretar más sus aproximaciones, no exentas de "diferencias", como reconoció Ana Palacio. Una de las más importantes es qué entiende cada cual por "legitimar la situación". Para Londres y Madrid, la guerra fue legítima con la resolución 1.441 en la mano, un hecho que no aceptan Francia y Alemania, que exigen la entrada en escena de la ONU cuanto antes.
No se descarta que los europeos intenten involucrar en su objetivo a Chile y México, los dos en el Consejo de Seguridad. México asumirá la presidencia rotatoria este mes. De lograr un consenso, serían siete (los cuatro, más Rusia, México y Chile) de un total de 15 los que mantendrían posiciones similares en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Las dos jornadas de trabajo de los líderes europeos concluyeron el jueves en el Jardín de la Paz, en la capital griega, donde plantaron 40 ramas de olivo en apoyo a la tregua olímpica convocada por Grecia, país organizador de los juegos el año que viene.
En la ceremonia no estaban ni el primer ministro británico, Tony Blair, ni el presidente español, José María Aznar. Se habían marchado de Atenas el día anterior.
Kofi Annan suaviza su discurso
El prudente secretario general de la ONU, Kofi Annan, acudió a la cumbre de Atenas para poder pulsar en directo las posiciones europeas sobre la guerra de Irak, pero sobre todo para conocer el grado de apoyo de la UE a la recuperación del papel de Naciones Unidas en la escena internacional. Encontró reacciones positivas. Seguramente por eso optó el jueves por eliminar de su discurso ante los 40 líderes europeos (los Quince, más los candidatos, más vecinos del Este y Balcanes) una frase tan contundente como ésta: "No sería presentable que la ONU jugara un papel subalterno bajo la autoridad de una potencia ocupante ni que aceptara responsabilidades para cuyo cumplimiento carece de medios".
La frase figuraba en un texto inicial, pero Annan no la pronunció. Su reacción no se debió al término "potencia ocupante", que sí mencionó en otra parte del discurso, sino al tono de advertencia del comentario. En su discurso, que no pudo ser escuchado por los periodistas, aseguró que "las repercusiones que tendrán recientes acontecimientos sobre nuestro sistema de seguridad colectivo y sobre la primacía del derecho internacional suscitan vivas inquietudes".
No llegó a citar cuáles deben ser las misiones de la ONU en Irak, pero sí advirtió de que todo lo que vaya más allá de la ayuda humanitaria tendrá que ser aprobado por el Consejo de Seguridad. En las entrevistas que mantuvo con algunos líderes europeos, sí se dedujo algo más concreto.
El ministro ruso, Ígor Ivanov, comentó que la ONU es "irremplazable" en unas tareas que el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, tradujo en iniciativas "en la administración provisional en Irak", "la reconstrucción" y, a largo plazo, "una fuerza de seguridad". "Creo que el primer ministro les ha dado alguna indicación de áreas en las que la ONU tiene una considerable experiencia", respondió Annan a los periodistas.
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