"Creo que han premiado una forma de entender el trabajo de editor"

"El premio es para mí inesperado y halagüeño", fueron las primeras palabras de Javier Pradera (San Sebastián, 1934) después de recibir el premio que le otorgó la Fundación El Libro de Argentina, por su trayectoria como editor. Pradera, miembro fundador del diario EL PAÍS, donde sigue publicando sus columnas, dedicó 29 años de su vida, de 1960 a 1989, a la actividad editorial, sucesivamente en Tecnos, Fondo de Cultura Económica y Alianza Editorial. Actualmente codirige, con Fernando Savater, la revista Claves de Razón Práctica, que empezará a distribuirse en Argentina.

Pregunta. ¿Cómo valora la concesión del premio a su pasada labor de editor?

Respuesta. Creo que el premio tiene que ver con mi vinculación con la industria editorial argentina desde los buenos viejos tiempos. He sido amigo de grandes editores argentinos que ya no están, como Gonzalo Losada, Bonifacio del Carril y Antonio López Llausas. Aquellos tiempos de las editoriales Losada, Paidós o de Aldo Pelligrini. Me parece que la Fundación El Libro ha querido premiar una forma de entender el trabajo de edición, que está sometido a peligros.

P. ¿Qué peligros?

R. El libro es un bien cultural y no sólo una mercancía. Este concepto puede desnaturalizarse si los vientos y tempestades hipermercantilistas llegaran a imponerse.

P. ¿Cuándo nació su vinculación con Argentina?

R. Empecé a viajar a Argentina a finales de los sesenta, después de entrar en Alianza, en 1967. Yo tenía muy buena relación con los argentinos de Fondo de Cultura Económica. Abrimos una casa editora en Argentina, bajo la supervisión general de María Elena Satrostegui, que fue muy importante en el mundo editorial argentino y en la distribución.

P. ¿Qué balance hace de su experiencia como editor en Argentina?

R. Funcionó. El primer paso fue imprimir libros para abaratar los precios. Aunque recuerdo que, al poco tiempo de instalarnos, tuvimos que suspender las ventas porque no pagaba nadie. Se había producido una de las tantas suspensiones de pagos que ha padecido el país. Cuantos más libros importados vendías, más perdías, porque se cobraban en pesos, que se devaluaban inmediatamente.

P. ¿Qué autores argentinos editó?

R. Para nosotros, los libros de Losada, Emecé, Sudamericana eran un alimento espiritual que no nos daba la industria española. En Alianza fuimos los primeros en España en editar a Borges. Uno de los libros que más se vendió fue del historiador Tulio Halperín. También editamos una historia de América Latina que dirigía Nicolás Sánchez Albornoz, el hijo de don Claudio, que vivió en Argentina hasta que se tuvo que irse con la crisis de Onganía, y a Ernesto Sábato.

P. ¿Qué escritores argentinos valora de manera especial?

R. Borges fue en España un fenómeno arrasador. Me tocó estar bastante cerca de él. Recuerdo una ocasión en que caminábamos por Madrid y se acercó un joven. Perdone, ¿usted es Borges? Sí, contestó. El chico se echó a llorar de emoción. Creo que Borges ha producido en España una auténtica pasión.

P. ¿Qué actividades tiene previstas en la Feria del Libro?

R. He dado una charla a un grupo de editores, he recibido el premio y participaré en un debate con Alejandro Katz, de Fondo de Cultura Económica, y Jorge Laforgue, de Alianza Editorial.