La formación del nuevo Gobierno iraquí puede demorarse meses

Paul Wolfowitz, secretario de Defensa adjunto y principal ideólogo de la intervención de Estados Unidos en Irak, estima que la formación de un Gobierno representativo en Bagdad llevará más de seis meses. Mientras tanto, Irak será tutelado por Washington a partir de una administración interina formada por iraquíes.

La gestión del Irak posbélico tiene dividida a la Administración de George W. Bush con el Pentágono, partidario de la vía rápida y la inmediata instalación en el país -incluso en el sur, si es que Bagdad se resiste- de una autoridad interina formada por iraquíes del exilio, mientras que el Departamento de Estado aboga por un proceso más pausado, para dar tiempo a contar con iraquíes del interior. Wolfowitz, que defiende la primera solución, no entró ayer en ese conflicto y prefirió hablar del futuro. La instalación de un régimen de autogobierno kurdo en el norte de Irak, tras el fin de la guerra de 1991, llevó seis meses. "Esta situación es mucho más complicada", dijo. "Probablemente costará más tiempo".

En el intervalo, Estados Unidos se encargará de la administración del país, dado que un organismo dirigido por Naciones Unidas "no es el modelo que queremos". Wolfowitz planteó la intervención de Washington en términos materiales, de cubrir las necesidades básicas de los iraquíes y durante el tiempo que sea necesario. "La otra parte es decidir cómo ha de ser la Constitución de Irak, cómo celebrar elecciones, quiénes deberían ser los dirigentes", dijo. "De eso no nos encargamos nosotros. Eso no es cosa de extranjeros".

A pesar de este aparente distanciamiento, Wolfowitz y su jefe, Donald Rumsfeld, quieren establecer una autoridad interina estrechamente controlada desde el Pentágono, en la que conceden un papel dominante a exiliados de su confianza que han vivido desde hace décadas fuera de Irak.