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Entrevista:CRISTOVAM BUARQUE | Ministro de Educación de Brasil

"Ronaldo será el símbolo de la alfabetización"

Juan Arias

Rozando ya los primeros cien días de su mandato como ministro de Educación de Brasil, el catedrático y escritor Cristovam Buarque, una de las figuras clave del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y uno de sus ideólogos más próximos, ambos militantes del ala moderada del Partido de los Trabajadores (PT), ha hecho al país una promesa solemne: acabar con los 20 millones de analfabetos de Brasil en los próximos cuatro años de su mandato. Para ello está movilizando todo: personas, empresas e instituciones, y buscando símbolos.

En busca de uno de esos símbolos, Buarque viaja a España. Firmará en Madrid un acuerdo con el famoso jugador Ronaldo para que se convierta en una especie de padrino de la gran campaña de alfabetización de Brasil. Así se lo ha contado Buarque a EL PAÍS en su despacho de Brasilia antes de salir para Madrid.

"El proyecto de crear una escuela digna nos va a llevar por lo menos 15 años de lucha"

Pregunta. ¿Ha aceptado Ronaldo ser el padrino de su desafío de acabar con los 20 millones de analfabetos de Brasil?

Respuesta. Sí, y está encantado, al igual que el Real Madrid, que ha cedido los derechos de imagen del jugador para nuestra campaña de alfabetización. Irá vestido con la camiseta del Real Madrid, en la que llevará escrito su eslogan para esta campaña: "Hago gol de letras". La imagen de Ronaldo, con la sonrisa que ya ha cautivado a millones de sus admiradores fuera y dentro de Brasil, será un verdadero símbolo de nuestra guerra contra el analfabetismo.

P. ¿Está ya seguro de que va a ganar esa guerra?

R. Lo estoy. Está ya todo en marcha. Vamos a alfabetizar a cinco millones de personas por año. Para eso necesitamos 100.000 alfabetizadores. Hace dos meses era mi sueño. Ahora es ya un proyecto concreto. He colocado en la antesala de mi despacho un póster con el decreto del 13 de mayo de 1888, firmado por la princesa Isabel en nombre del emperador don Pedro II, con el que se abolía la esclavitud en este país. Encima de él hemos escrito: "Sólo un ciudadano alfabetizado es totalmente libre". Y debajo: "Brasil va a llevar a cabo su segunda abolición".

P. ¿Con qué medios cuenta para lograr la abolición de esta otra esclavitud, la del analfabetismo?

R. Estamos ya firmando acuerdos con empresas. La Confederación Nacional de Industriales se va a comprometer a realizar a su cargo una parte de esa alfabetización. Ella cargará también con los gastos. Otra parte la va a hacer la Conferencia Episcopal de Obispos de Brasil que, a través del Movimiento Educación de Base, va a alfabetizar a 600.000 personas. El ministerio les va a pagar por ello. Además, el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST) se va a encargar de otros 220.000 analfabetos y el Instituto de Ciegos de São Paulo correrá con la responsabilidad de alfabetizar a todos los invidentes que aún no saben leer ni escribir. El Ministerio de Justicia se va a encargar de hacer lo mismo en las cárceles con los analfabetos presos.

P. ¿Van a usar los alfabetizadores algún método pedagógico específico?

R. Los vamos a usar todos. Y vamos a tener desde programas de radio y televisión hasta programas a través de Internet. También estamos preparando una colección de cinco libros, realizada por ex profesores, para promover la lectura entre los que vayan estando alfabetizados. Estarán escritos con un estilo muy sencillo y con letra grande. Todo el programa costará 450 millones de euros en cuatro años. Es algo factible.

P. Más caro va a ser su segundo proyecto, el de conseguir escuelas dignas para todos y que todos los niños las frecuenten.

R. Sin duda, porque los cifras hablan por sí solas: hay 574.000 niños sin escuela de entre 11 y 14 años; 3,7 millones aún fuera de la escuela de entre 4 y 10 años y otros 2,2 millones entre 14 y 17 años, y el 73% de los jóvenes brasileños no tienen escuela secundaria a la que asistir. Pero queremos además una escuela pública digna para todos los niños de Brasil, que esté al nivel de las europeas, o por lo menos de las de Chile y Costa Rica. Ahora tenemos 185.000 colegios públicos que no son dignos de llamarse escuelas. El proyecto de crear una escuela digna -con profesores preparados, edificios bonitos y equipamientos modernos- nos va a llevar por lo menos 15 años de lucha. Y mucho dinero. Quiero dejar 200 escuelas-modelo como botón de muestra. Las vamos a construir en los Estados más motivados con la enseñanza, y estoy seguro de que los demás nos van a seguir. Se producirá un contagio.

P. Usted habla de una especie de Trinidad que deberán tener ese más de un millón de maestros de Brasil.

R. Sí, queremos que tengan cabeza (preparación profesional), corazón (pasión por la enseñanza) y cartera (un sueldo digno). La media del sueldo de los maestros de Brasil ronda los cien euros mensuales, o sea, que hay algunos que ganan aún menos, lo que un peón de albañil. Esto influye en que no haya escuelas decentes.

P. Brasil se ha distinguido estos últimos años por ser el país que más libros ofrece a los niños de las escuelas públicas, que suelen ser los hijos de las familias más pobres.

R. Vamos a seguir haciéndolo y no sólo con los de 4º de primaria. Queremos alargarlo primero a los primeros años de la secundaria y después a los últimos. Vamos a regalar este año otros cien millones de libros. Nadie en el mundo hace algo semejante. Y voy a luchar con mi Gobierno para aumentar un 50% el presupuesto de este ministerio.

P. ¿Lula le va a escuchar?

R. Lula sabe muy bien que está llamado a ser uno de los pocos presidentes que haya dejado un legado en Brasil. Y la revolución que él quiere, y que va a hacer, quedaría vanificada sin una revolución en la enseñanza. Lula, después de 115 años, va a completar la abolición de la esclavitud y va a proclamar definitivamente la república en este país.

P. ¿Es que Brasil no es aún una república?

R. No, porque todos los ciudadanos no tienen aún la misma dignidad. Brasil está dividido entre aristócratas y plebeyos. Por ejemplo, el título de doctor no es un título académico sino de nobleza. Si un analfabeto se hace rico se le llama doctor. ¿Sabe que los diputados en Brasil no son ciudadanos como los demás sino "nobles diputados"? Una república sólo existe cuando todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y la misma dignidad. Lula va a luchar para conseguirlo. No va a pelear, como sus antecesores, para que haya menos analfabetos o menos niños sin escuela, sino para que no haya ningún ciudadano que no sepa leer ni escribir ni tampoco niños que no vayan a la escuela. No lo va a conseguir durante su mandato, pero va a dejar abierto el camino, un camino que espero que sea irreversible. Lula sabe que para que Brasil sea una verdadera república, tiene que comenzar por revolucionar la enseñanza.

P. ¿Cómo está usted viviendo la guerra de Estados Unidos contra Irak, que tiene en vilo a todo el mundo?

R. A pesar de estarse iniciando el siglo XXI, esta guerra quedará como el mayor absurdo de la historia del siglo. Una guerra con armas de destrucción masiva que nadie ve, con un poderío absoluto del país más fuerte del mundo contra un país pobre. Una guerra que mata civiles en nombre de la democracia cuando tantos otros países continúan con sus dictadores.

El ministro de Educación de Brasil, Cristovam Buarque.
El ministro de Educación de Brasil, Cristovam Buarque.ABR-TYBA

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