El pequeño comercio prevé el cierre de 6.000 establecimientos por la liberalización de horarios

Un total de 5.680 pequeños comercios irá a pique en la Comunidad Valenciana en tres años si el Gobierno lleva a cabo la liberación de horarios comerciales, según un estudio de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos. La medida afectaría a las tiendas especializadas en calzado, textil y alimentación. Las previsiones del ente empresarial apuntan a que la clausura de estos establecimientos arrastrará al desempleo a 10.361 trabajadores.

El informe de los pequeños comerciantes, organización que aglutina en a 153.150 miembros en la Comunidad Valenciana, advierte de que esta medida, cuya entrada en vigor está prevista para el 2005, supondrá un duro varapalo para un sector clave en el motor de la economía. Si bien ya han sido varios los intentos para anticipar la propuesta, la libertad horaria entrará, previsiblemente, en vigor en 2005, una medida que indefectiblemente, según los autónomos, trastocará el paisaje del pequeño tejido empresarial valenciano. El número de puntos minoristas de la Comunidad varía según las fuentes consultadas. La estadística de la cúpula empresarial recoge que el pequeño comercio cuenta con 90.926 puntos de venta. Sin embargo, la Consejería de Industria y Comercio, reduce la cifra a 76.050. Del total, 39.753 están radicados en Valencia; 25.852, en Alicante 25.852 y 10.445 en Castellón.

En cualquier caso, los autónomos advierten de que la liberalización de horarios repercutirá, en gran medida, en las tiendas de calzado, textil y alimentación. Estos establecimientos son, previsiblemente, los más afectados dada su "inferioridad de condiciones" con respecto a las grandes superficies. En la actualidad, 36 centros comerciales compiten con el tejido empresarial minorista de la Comunidad Valenciana. "Sólo aquel comercio que se haya asociado y adaptado a las nuevas tecnologías logrará subsistir; el resto desaparecerá", declara el coordinador de la federación, Lorenzo Amor.

El arquetipo del pequeño tejido empresarial español corresponde al de una empresa familiar -el 60% de las tiendas es de tradición familiar-, y cuentan, al menos, con un trabajador y un máximo de tres. Además, según Amor, sostiene que el pequeño comercio garantiza un empleo óptimo, dado que el 65% de sus trabajadores tiene un contrato indefinido.

Según explica Amor, España tiene una de las normativas que más servicios ofrecen al consumidor, con 90 horas semanales de apertura, además de 12 festivos al año. En las zonas turísticas gozan, además, de una mayor flexibilidad de horarios. Los dos entes que aglutina a la patronal de los centros comerciales, Anged y AECC, fueron los promotores de la iniciativa de la libertad total de horarios. Una medida que fue rechazada de plano no sólo por el pequeño comercio sino también por las firmas distribuidoras. Además, según Amor, la Unión de Consumidores tampoco se ha adherido a la petición de las grandes superficies.

La federación califica de "incongruente" esta petición en tanto que, según su argumentación, los centros comerciales no aprovechan la posibilidad de abrir las 90 horas semanales que permite la ley. El propósito es, según Amor, restar cuota de mercado al pequeño comercio y acabar así "asfixiándolo". La federación de autónomos prevé que la libertad de horarios permitirá a los grandes establecimientos crear 150.000 puestos de trabajo a cambio de la destrucción de 100.000 empleos en el minorista. Pero esto supondrá, según Amor, sustituir empleo en condiciones por un trabajo precario.