"Jaizkibel es un auténtico yacimiento arqueológico"
Desde su ventanal en la desembocadura del Bidasoa, Juan San Martín (Eibar, 1922) disfruta de la apacible vista de un permanente azul de cielo y mar.
Pregunta. Acaba de publicar un nuevo libro, esta vez sobre Hondarribia con motivo del 800º aniversario de la villa.
Respuesta. Efectivamente, es una edición del Ayuntamiento para este aniversario y se trata de una recopilación de 55 artículos que he publicado sobre Hondarribia en la Revista Internacional de Estudios Vascos (RIEV) y en un anuario que se publica en Irún. Es el segundo libro que hago sobre este pueblo del Bidasoa en el que llevo viviendo 20 años. El primero lo hice poco después de llegar aquí procendente de Eibar, donde nací. Encontré en la iglesia de Hondarria cantidad de cosas interesantes que fui escribiendo y, como la Diputación de Guipúzcoa tiene una colección específica para este tipo de estudios, me editó un libro monográfico sobre este monumento.
"Hay cuevas que pueden resultar más interesantes que lo hallado hasta ahora"
P. En este nuevo libro relata sus hallazgos de cuevas y restos arqueológicos en el monte Jaizkibel que han permitido a la Sociedad de Ciencias Aranzadi encontrar al antepasado más antiguo del País Vasco al que, en principio, atribuyen una antigüedad de más de 6.000 años.
R. En Jaizkibel hay bastantes yacimientos, incluso alguno más interesante como yacimiento que aquel donde han localizado a este antiguo antepasado. Queda muchísimo por explorar y estudiar. Lo que pasa es que Aranzadi no había tenido ayudas hasta que hace poco más de un año el Ayuntamiento les subvencionó una excavación y ahí han conseguido este notable hallazgo. Están muy contentos y piensan seguir.
P. ¿Hace mucho tiempo que encontró usted los restos arqueológicos y las cuevas que ahora se están estudiando?
R. Cuando vine a vivir aquí me dediqué a pasear y explorar el monte con detalle. Jaizkibel es un auténtico yacimiento arqueológico, especialmente en su parte marina que tiene mucho más difícil acceso. Hay bastantes cuevas formadas por la erosión del mar y es ahí donde yo he revisado todo, palmo a palmo, y he encontrado desde fósiles hasta trozos de huesos. Uno de mis primeros hallazgos fue una punta de flecha. Ahora lo que tienen que hacer es investigar cómo vivían aquí nuestros antepasados.
P. ¿Su mirada es de experto o de aficionado a la arqueología?
R. La gente no ha sabido distinguir en muchas ocasiones que lo que había en la misma superficie o en las cuevas de la ladera norte del monte se trataba de restos arqueológicos. Yo sólo recogí y toqué la superficie y envié a Aranzadi muestras de hallazgos compañados de un mapa de su ubicación. Luego ellos han elegido las zonas de las excavaciones y, ahora que han empezado, espero que tengan el mismo éxito que han logrado en la primera y sigan haciendo muchas más.
P. Aranzadi ni siquiera ha dado las localizaciones de su excavación para protegerla de curiosos, ¿les queda, entonces, mucha materia de investigación?
R. Hondarribia ha preservado muy bien su patrimonio histórico, pero no ha prestado atención a la zona de Jaizkibel ni a la arqueología. Yo he pateado este monte palmo a palmo y aquí encontré el sílex y unos yacimientos repletos de conchas, indicador de que vivían y comían de la pesca. También hay otros restos que indican la existencia de enterramientos que será preciso investigar con detalle. Aranzadi es la que ahora tiene el testigo. En la costa vascofrancesa, en la zona del mar, también hay restos arqueológicos, pero de mucha menor importancia que los encontrados en Jaizkibel.
P. ¿Cómo se inició en esta disciplina de investigación de la antigüedad?
R. Antes de venir a Hondarribia trabajé en la investigación de otros yacimientos en el interior de Guipúzcoa donde localicé bastantes cosas trabajando con José Miguel Barandiarán con quien realicé muchas excavaciones. Era muy amigo suyo y le ayudé en numerosos trabajos que hizo y con él aprendí mucho. Insistía todo el tiempo en la importancia de conocer nuestra lengua y la historia antigua y, en realidad, eso es principalmente lo que he tratado de hacer a través de los 22 libros que he publicado.
P. ¿Qué hubiera pensado de estos descubrimientos?
R. Le hubieran satisfecho mucho, porque ahora hay mucha más gente interesada por la arqueología, la materia en la que él fue un estudioso y un auténtico maestro. Escribió cosas preciosas que todavía hoy sirven de partida para estudios sobre el País Vasco. Además, fue un gran amigo y una persona muy abierta. Cuando yo vivía en Eibar venía a menudo a dar conferencias y solíamos tener mucha relación. A pesar de que yo le decía que no veía nada claro en cuestiones de religión y de fé, él siempre respondía: No te preocupes, yo te aprecio.
P. ¿Además de Jaizkibel, qué destaca de Fuenterrabía?
R. Ha sido un punto estratégico de primera importancia en materia de defensa al estar en la frontera entre dos estados. Su muralla refleja la importancia defensiva en las numerosas luchas y guerras vividas con Francia. Pero, también en los últimos años y, particularmente tras la guerra civil, ha habido mucha relación entre las dos riberas del Bidasoa donde hallaron cobijo tantísimos refugiados que vivieron en el país vasco francés.
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