Autobuses a pilas

Irisbus acaba de lanzar al mercado un nuevo autobús híbrido de propulsión eléctrica que utiliza como fuente de energía una pila de combustible o de hidrógeno. Básicamente consiste en una reacción electroquímica que, a partir del hidrógeno y del oxígeno del aire, y utilizando catalizadores, produce simultáneamente electricidad, agua y calor.

El proyecto es cien por cien español y quiere dar respuesta a la dependencia del petróleo y al impacto sobre el medio ambiente

La empresa ha invertido 5,4 millones de euros en el vehículo, que estará a prueba durante un año en las calles de Madrid

Al no producirse combustión alguna y ser agua el único subproducto de la reacción, las emisiones contaminantes son cero. Este autobús circulará por Madrid próximamente, en régimen de explotación comercial en la Empresa Municipal de Transportes (EMT). El proyecto, que representa una inversión total de 5,4 millones de euros, se encuentra en fase experimental, y se integra en el programa City-Cell de la Unión Europea, que prevé implantar esta clase de autobuses no contaminantes, además de Madrid, en París, Berlín y Turín. El modo más económico de obtener hoy en día el hidrógeno es a partir del gas natural tratado con vapor de agua. Y como parte del plan se está construyendo una planta en Madrid desde la que se obtendrá este elemento.

Costes de fabricación

La pega es que los costes de fabricación de los equipos que incorpora un autobús de pila de combustible y los de producción de hidrógeno son muy elevados. De hecho, y para su fabricación, Irisbus, una filial del grupo italiano Fiat, ha contado con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que ha aportado fondos pertenecientes al programa Profit; también ha participado el Instituto Madrileño de Desarrollo, así como otros socios, como el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Ciemat, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, perteneciente al Ministerio de Economía, y empresas como Avia, Castrosúa, Exide Tudor, Repsol YPF, Gas Natural y Air Liquide.

"Es un proyecto de fabricación cien por cien español que, entre otras cosas, quiere dar respuesta a dos grandes problemas a solucionar cada vez de forma más acuciante: uno, el inevitable final de las reservas de petróleo, del cual depende el transporte actual casi en su totalidad; y otro, el impacto sobre el medio ambiente de las fuentes energéticas en general, y del transporte en particular, en el ámbito local y global", explica Javier Colón, director técnico de Irisbus.

Sin vía y sin cables

El funcionamiento del autobús lo define Tomás Burgaleta, director general de EMT, "como el de un tranvía, pero sin vía y sin cables; tiene la comodidad de un tranvía, pero con la agilidad y flexibilidad de un autobús". El proyecto será probado y evaluado por la EMT. En este sentido, tal y como señala su director general, "pretendemos comprobar el comportamiento real en servicio respecto a tres parámetros: las soluciones técnicas adoptadas en el vehículo, en las infraestructuras y en los diferentes componentes aplicados; otro parámetro se refiere a los costes de desarrollo y explotación, y el tercero atiende a la aceptación social y operacional del vehículo respecto a la tecnología actual diésel o de gas natural".