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GUERRA EN IRAK | La posguerra

Francia, Alemania y Rusia piden el fin de la guerra y un papel central para la ONU

De Villepin dice que EE UU y el Reino Unido tendrán que asumir la seguridad de Irak

Los ministros francés, alemán y ruso de Exteriores afirmaron ayer que la guerra debe acabar "cuanto antes", y los dos primeros, Dominique de Villepin y Joschka Fischer, recalcaron el papel central que la ONU debe desempeñar en la posguerra, punto al que aludió más genéricamente el ruso Ígor Ivanov, mucho más insistente en cuanto a la urgencia de un alto el fuego. Los jefes de las tres diplomacias comparecieron conjuntamente en París, como hacían antes de la guerra, pero la de ayer resultó más apresurada, y el mensaje común, mucho menos claro.

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Por lo que se vio ayer, Rusia quiere ante todo el alto el fuego y, mientras esto no se consiga, considera "prematuro" hablar de las modalidades de la posguerra. "Cuanto más pronto acabe la lucha, mejor será para todos, incluido Estados Unidos", fue la afirmación clave de la intervención del ministro ruso. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha adoptado un tono conciliador con Estados Unidos en los últimos días para que la relación con Washington sobreviva a las diferencias causadas por la guerra.

Mucho más contundente se mostró el ministro francés, Dominique de Villepin, quien puso el acento en el aspecto humanitario de la crisis iraquí y criticó vivamente ciertas iniciativas norteamericanas sobre la reconstrucción del país invadido. "La idea de que Irak pueda ser un El Dorado, una especie de pastel que los Estados pueden repartirse, me parece contrario al sentido común y a una población y a un Estado que se encuentran hoy sometidos a una dura prueba", argumentó.

Sin mencionarlos, De Villepin se refería sin duda a hechos como la discusión de un presupuesto bélico y posbélico de casi 80.000 millones de dólares en el Senado de Estados Unidos, sobre el que sobrevuela una enmienda que descarta a Francia, Alemania, Rusia y Siria en los contratos de reconstrucción de Irak financiados con fondos estadounidenses, por haberse opuesto a la intervención. El ministro francés atacó ayer a los que ven en Irak un botín de guerra para los vencedores, idea que viene precedida por la atribución del principal contrato de lucha contra los incendios en los pozos de petróleo a una empresa dirigida hasta el año 2000 por el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney.

Pero el ministro francés se mostró también pragmático. No se trata sólo de conseguir un alto el fuego, sino de que los aliados anglo-norteamericanos ganen la guerra y se ocupen de la seguridad posterior en Irak. Según De Villepin, mientras duren las hostilidades y durante el tiempo necesario para garantizar la seguridad, "la responsabilidad primera es, naturalmente, de las fuerzas coligadas presentes sobre el terreno". Pero cuando esto se haya conseguido, la ONU deberá ejercer un papel central en "la reconstrucción política y económica".

De Villepin llevó su reflexión a la gestión de otras crisis. Pidió a los países vecinos de Irak que se abstengan de toda intervención y consideró como "una verdadera prueba" la capacidad de la comunidad internacional para tomar la iniciativa en lo que se refiere al conflicto entre israelíes y palestinos. A su juicio, el mundo se enfrenta al riesgo de "un choque de civilizaciones".

Joschka Fischer, por su parte, subrayó la "gran convergencia" de puntos de vista entre los europeos sobre el papel esencial de la ONU, la urgencia de atender el problema humanitario, el mantenimiento de la integridad territorial en Irak, la lucha contra el terrorismo y la estabilidad regional, que "sólo un proceso legitimado por Naciones Unidas" podrían conducir a buen puerto.

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