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El sector turístico no teme por ahora los posibles efectos de la guerra

El sector turístico catalán no teme, de momento, por los posibles efectos de la guerra en Irak. El empresario Ramon Bagó, presidente del Salón Internacional del Turismo de Cataluña (SITC), que ayer abrió sus puertas en la Fira de Barcelona, reconoció el peligro que entraña la existencia del conflicto bélico para el principal motor de la economía de Cataluña, pero subrayó la gran oportunidad que supone para la comunidad la competencia directa con destinos de Oriente Próximo, mucho más próximos geográficamente a la zona en conflicto, como Turquía, Jordania o Egipto.

Además, añadió Bagó, el 80% del turismo que viene a Cataluña es de proximidad, peninsular y europeo, "a menos de un día de viaje en automóvil". "No tiene nada que ver con Baleares y Canarias", comunidades que sí han empezado a verse golpeadas por el miedo a volar. Las previsiones para Semana Santa "no son malas", agregó Bagó, presidente de Serhs, el primer grupo turístico de Cataluña, aunque no entró en detalles sobre ocupación y reservas.

El que sí empieza a dar muestras de preocupación por las consecuencias de la guerra es el Gobierno catalán, que destinará 25 millones de euros en 10 años para abrir una línea de créditos bonificados para los pequeños empresarios y autónomos, con el fin de fortalecer la economía.

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