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LOS DISCOS DE TU VIDA

'Year of the cat', de Al Stewart

Diego A. Manrique

Cantautor de largo recorrido, Al Stewart tuvo su momento de reconocimiento popular con Year of the cat (1976), un compendio de sus diversos palos: la narrativa histórica, las reflexiones dylanianas, las crónicas de amores sofisticados. Al éxito contribuyó notablemente el productor Alan Parsons, que usó los estudios londinenses de Abbey Road para dar a cada canción el atuendo instrumental adecuado. EL PAÍS publica mañana, viernes, este disco, séptimo de la colección Los discos de tu vida, que se podrá adquirir mañana en los quioscos y durante una semana por 5,95 euros.

Alastair Stewart (Glasgow, 1945) fue de aquellos músicos de conjuntos de principios de los sesenta que descubrieron la posibilidad de expresarse como folk-singer, musicando sus propias vivencias o recuperando canciones populares. Stewart desembarcó en Londres y halló un efervescente carnaval de creatividad en los folk clubs, donde coincidían Paul Simon, Bob Dylan y otros yanquis de paso con Donovan, John Martyn, Sandy Denny, Richard Thompson y demás talentos británicos. En el caso de Al Stewart, le distinguía el respeto por los grandes guitarristas: dio clases con Robert Fripp y Andy Summers, grabó con Jimmy Page. También exhibía audacia: se estrenó con The elf, una pieza inspirada por El señor de los anillos; en su segundo elepé, Love chronicles (1969), usaba la palabra fucking en una canción que duraba toda una cara.

El consiguiente veto de la BBC fue rentabilizado por el cantautor, que mantuvo el tono instrospectivo y autocompasivo propio de su generación hasta los setenta cuando, fascinado por la Historia, desarrolló todo un disco a partir de las profecías de Nostradamus. Sus lustrosos elepés entraron en el mercado estadounidense y Stewart se instaló en California. Pero volvía al Reino Unido para grabar.

Ventas millonarias

El año del gato le proporcionó reconocimiento internacional y ventas millonarias. El disco era toda una exhibición del talento londinense para empaquetar canciones sueltas en un todo atractivo. Hipnosis, el equipo que ilustraba las obras de Pink Floyd, se encargó de la simpática portada, un tocador rebosante de objetos felinos. Alan Parsons proporcionó un suntuoso envoltorio sonoro a un repertorio voluntariamente misterioso, que incluía románticas viñetas de contrabandistas de armas españoles (On the border), junto con relatos de seductores especímenes de la mujer fatal (Year of the cat). Este último era un tema compuesto con el teclista Peter Wood; junto a él, Parsons hizo desfilar por Abbey Road a un buen equipo de instrumentistas, desde el guitarrista Tim Renwick al saxofonista Phil Kenzie. En términos de arreglos y sonido, el elepé centelleaba.

Aunque no volvería a lograr un impacto similar, Stewart ha mantenido una carrera bastante regular, incidiendo en asuntos histórico-políticos en Time passages (1978) o Russians and americans (1984), aparte de la evocación de la Europa de los años treinta en Between the wars (1995). Poco a poco, se sintió emocionalmente distanciado de la evolución de la música popular, especialmente en su país: "Es imposible respetar a una crítica que eleva a The Clash a la categoría de héroes mientras se olvida de un autor tan superlativo como Elvis Costello". En 1989, también se quejaba en Madrid de que Bob Dylan se hubiera convertido en "un chiste", al que parodiaba cruelmente. Y aseguraba que "el rock está aquejado de infantilismo. ¿Cómo van a pasar los ochenta a la historia? ¡La era de Madonna! Es como si la cima máxima de Hollywood fuera Lana Turner. Me moriría de vergüenza si la música fuera mi única razón de existir".

Se refería a su pasión por los vinos, que convirtió en negocio. También continuaba con sus investigaciones históricas, con vistas a editar libros con "revelaciones sensacionales" sobre la URSS. Pero su aportación al siglo XX está en discos como Year of the cat: una voz anhelante que desarrolla, como él decía, "melodías sencillas con letras interesantes".

Al Stewart.
Al Stewart.MANUEL ESCALERA

Babelia

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