El triunfo del Modernismo
La reedición de la revista 'Renacimiento' muestra la riqueza literaria del inicio del siglo XX
La editorial sevillana Renacimiento ha sacado a la calle una publicación facsimilar de los 10 números de la revista madrileña del mismo nombre, que fue dirigida por el escritor Gregorio Martínez Sierra entre marzo y diciembre de 1907. La revista Renacimiento fue uno de los focos esenciales en la difusión del movimiento literario modernista a principios del siglo XX. Renacimiento reunió en sus páginas a los principales escritores modernistas. Poetas y ensayistas como Juan Ramón Jiménez, Rubén Darío, los hermanos Antonio y Manuel Machado, Enrique Díez-Canedo o Eugenio d'Ors dejaron muestra de su talento en una revista que les sirvió de tribuna para difundir su obra.
La editorial sevillana ha recogido en dos volúmenes -1.400 páginas en total- la empresa que llevó adelante Gregorio Martínez Sierra, convertido con el tiempo en un dramaturgo de enorme éxito y que en los últimos años ha sido protagonista póstumo de una polémica. La mayor parte de su obra fue escrita por su esposa, María Lejárraga. El feroz machismo que imperaba en la sociedad española a principios del siglo XX hizo posible esta injusticia.
En cualquier caso, la importancia histórica de Renacimiento está fuera de toda duda. El crítico Guillermo Díaz-Plaja afirmó que "si Helios es la revista del Modernismo militante, Renacimiento es la gran publicación del Modernismo triunfante". El ensayista y crítico José Carlos Mainer reconoció en las páginas de Renacimiento el "síntoma de una poética más asordinada y personal que se va haciendo postmodernista: valgan como testimonio los versos provincianos de Juan Ramón Jiménez, los sonetos parnasianos de Díez-Canedo, las nuevas soledades de Antonio Machado (las de su libro de 1907), las ironías de su hermano Manuel, por más que Salvador Rueda, Villaespesa y Cansinos-Asséns ofrenden todavía en el altar de Darío y Nervo, que también colaboran en la publicación".
El poeta y ensayista Luis García Montero se ha encargado del prólogo de la reedición de Renacimiento. "De todo hay en esa revista que aparece en los últimos años de la juventud modernista española, cuando la revolución formal que protagonizaron es ya aceptada en los mejores ambientes literarios y cuando los poetas más importantes encauzan su madurez en la búsqueda de estilos personales, alejados de sus orígenes más esteticistas", escribe García Montero.
"Apostando decididamente por los tonos líricos, Renacimiento recoge una destacada nómina del modernismo y el postmodernismo en la poesía hispanoamericana, española y catalana", agrega García Montero. En efecto, la lista de autores que escribieron en la revista tiene un brillo inmarchitable. Rubén Darío, Amado Nervo, José Santos Chocano, Francisco A. de Icaza, Salvador Rueda, Miguel de Unamuno, Antonio de Zayas, Francisco Villaespesa, Manuel y Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Gregorio Martínez Sierra, Eduardo Marquina, Enrique Díez-Canedo, Andrés González-Blanco, Pedro de Répide, Joan Maragall...
Aunque se centró en la poesía, Renacimiento tampoco se olvidó de otros géneros. El teatro (Santiago Rusiñol, Jacinto Benavente, Eduardo Marquina, Emilia Pardo Bazán), la novela (Rusiñol, Martínez Sierra) y los poemas en prosa (Eugenio d'Ors, José Enrique Rodó, Rafael Cansinos-Asséns) ocuparon asimismo un espacio en la revista. Y también hubo un lugar para la crítica con ensayos de Amado Nervo y Gregorio Martínez Sierra.
"Renacimiento no es sólo la revista del modernismo triunfante, sino un punto de cruce en el que se perciben las derivaciones postmodernistas, las evoluciones personales, la aceptación social, el acomodo de algunos escritores y la personalidad de Gregorio Martínez Sierra, cada vez más empeñado en identificar el éxito literario con los públicos masivos y los beneficios económicos", señala García Montero. El décimo número de la revista salió a la calle en diciembre de 1907. Un aviso al "Lector" anunciaba la fusión con La lectura para formar una única revista: "No teman los fieles de La lectura por la seriedad castiza, ni los de Renacimiento por la exquisita modernidad de sus respectivas revistas".
"En el fondo, como había escrito Manuel Machado en Los poetas de hoy, las revistas habían dejado de ser una exigencia prioritaria para autores maduros, dueños ya de una posición literaria reconocida. Eran ya otras las exigencias, y hacia ellas se encaminará también Martínez Sierra. Los nuevos escritores consagrados necesitaban una editorial para publicar con normalidad su obra. El espacio de la revista iba a ser ocupado por la Editorial Renacimiento", explica García Montero. La revista ya había cumplido con creces su función de trampolín.
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