_
_
_
_
Reportaje:

Más de lo mismo

Argentina acude a las urnas para elegir presidente sin la renovación prometida

"Que se vayan todos" era un clamor que hace poco más de un año recorría Argentina. La consigna expresaba el rechazo popular a los políticos que, tras la caída del Gobierno de Fernando de la Rúa, no podían salir a la calle sin riesgo de ser insultados o agredidos. Los ciudadanos se sentían estafados por sus dirigentes y exigían una renovación de la desprestigiada clase política. Hoy, la protesta se ha diluido y el hastío ha dado paso a la resignación a un mes de las elecciones presidenciales del 27 de abril. No se fue nadie. Asoman las caras de siempre en las principales candidaturas. Y vuelven con aire triunfal líderes que parecían historia.

Carlos Menem, el presidente que gobernó durante toda la década de los noventa, fue uno de los políticos más vilipendiados en los cacerolazos y manifestaciones de protesta, en las que era denunciado como símbolo de la corrupción y de lo peor de la política. Fueron malos tiempos para el antiguo caudillo peronista de la provincia de La Rioja, que acabó detenido por su presunta implicación en el contrabando de armas a Croacia y Ecuador. Cuando salió de su confinamiento, Menem no podía acudir a un acto público sin riesgo de ser agredido y él mismo reconoció en una ocasión que, por razones de seguridad, no podía pasear por la calle de Florida, en Buenos Aires.

Es casi imposible que un candidato logre el 40% de los votos en la primera vuelta
Por primera vez desde 1983, el peronismo compite fraccionado, con tres aspirantes

Un año después de vivir en una semiclandestinidad forzada, el ex presidente ha dado una pirueta incomprensible y vuelve por sus fueros. Un nutrido grupo de ejecutivos de empresas españolas le vitoreó en un almuerzo organizado por la Cámara de Comercio Española hace dos semanas. El maestro de ceremonias habló en nombre de los presentes y recordó, agradecido y en tono nostálgico, los buenos negocios que hicieron las empresas españolas en Argentina en tiempos de Menem. "Les aseguro que vamos a ganar en la primera vuelta", prometió el candidato.

De momento, las encuestas dan como principal favorito al también aspirante peronista Néstor Kirchner, procedente de la Patagonia, donde es gobernador de la inmensa y deshabitada provincia de Santa Cruz desde 1991. Su comportamiento no es distinto al de los caudillos del interior, que con políticas populistas se perpetúan en el poder. Kirchner cuenta con el respaldo del presidente Eduardo Duhalde, dispuesto a cualquier cosa para evitar el triunfo de su archienemigo, Menem.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Otro de los candidatos bien situados en las encuestas y que ha perdido fuelle en las últimas semanas es Adolfo Rodríguez Saá, gobernador de la provincia de San Luis en cuatro mandatos y efímero presidente de la Nación en diciembre de 2001, cuando fue designado en un cónclave de gobernadores peronistas tras la caída de De la Rúa. Anunció a bombo y platillo la suspensión de pagos de la deuda externa y el Parlamento le aclamó por ello. Pero la gloria le duró sólo siete días, hasta que dimitió, forzado por quienes lo nombraron. Rodríguez Saá era un cadáver político a principios del año pasado, pero ha resurgido de las cenizas.

Contra el triunvirato peronista compiten dos candidatos que, pese a sus diferencias, proceden de un tronco político común. Elisa Carrió, senadora por la provincia del Chaco, y Ricardo López Murphy, ministro de Defensa y de Economía en el Gobierno de De la Rúa, hunden sus raíces en el otro partido histórico de Argentina, la Unión Cívica Radical (UCR), hoy en vías de extinción.

Los sondeos dibujan un panorama extremadamente incierto, en el que ninguno de los cinco principales candidatos supera el 20% de la intención de voto, con estrechos márgenes entre ellos que varían constantemente.

En total, 19 candidaturas compiten por la Presidencia, algunas anecdóticas como la de Enrique Venturino y Federico Pinto Kramer (antiguo abogado del general golpista paraguayo Lino Oviedo), inscrita con el nombre de Confederación para que se Vayan Todos.

Los efectos de la crisis argentina han configurado un escenario político nuevo. El bipartidismo histórico de radicales y peronistas, que se han repartido el poder en los últimos 50 años, salvo los intervalos en los que irrumpieron los militares, está herido de muerte.

La UCR, el partido de más larga trayectoria que ha estado presente en todas las convocatorias electorales, está a punto de convertirse en un partido residual, después del fracaso estrepitoso de De la Rúa. Las fracturas internas del radicalismo quedaron expuestas en las elecciones primarias para designar al candidato presidencial. Las acusaciones mutuas de fraude entre los dos aspirantes -Leopoldo Moreau y Rodolfo Terragno- eternizaron el recuento de votos y dejaron en una posición precaria al candidato que finalmente fue proclamado (Moreau).

En las filas peronistas, por primera vez desde 1983, el Partido Justicialista (PJ) no se presenta con sus siglas y compite fraccionado. El enfrentamiento entre Menem (presidente del consejo nacional del PJ) y Duhalde (presidente hasta fecha reciente del congreso nacional del PJ) impidió la designación de un candidato aceptado por todo el partido, que fue incapaz incluso de convocar elecciones primarias, suspendidas definitivamente.

La consecuencia es que tres candidatos del peronismo y que reivindican el pensamiento del general Juan Domingo Perón aspiran a la Presidencia de la Nación, pero ninguno de ellos bajo las siglas del PJ. Menem encabeza el Frente por la Lealtad; Rodríguez Saá, el Frente Movimiento Popular, y Kirchner, el Frente para la Victoria.

La izquierda acude dividida a las elecciones, como de costumbre, pese a que una de las coaliciones se llama Izquierda Unida. La falta de acuerdo tiene más que ver con la pugna entre los diferentes aparatos partidistas por lugares en las listas que a diferencias ideológicas. El resultado habla por sí solo: cinco candidaturas que reclaman su lugar en la izquierda.

Es prácticamente imposible, a pesar de que Menem afirme lo contrario, que algún candidato logre el 40% de los votos en la primera vuelta, lo que le daría acceso directo a la Presidencia sin necesidad de un segundo turno. La segunda vuelta está prevista para el 18 de mayo y la investidura será el 25.

A falta de encuestas creíbles, empiezan a circular los primeros estudios de la cobertura informativa de la campaña electoral y del seguimiento de los candidatos por parte de los distintos medios. La organización no gubernamental Poder Ciudadano y la Fundación Konrad Adenauer analizaron la información de seis diarios nacionales (los más vendidos), los cinco programas de radio matinales más escuchados y los cinco informativos centrales de televisión, entre el 24 de febrero y el 4 de marzo. En prensa escrita, Menem y Kirchner concentraron el 52,5% de las menciones y superaron en un 33% a los otros tres principales candidatos en cantidad de apariciones. Por su parte, Menem aventajó a Kirchner en un 2%. El ex presidente también lidera la cobertura radial, al ser citado en el 40% de las noticias referidas a la campaña electoral. En televisión, Menem duplica el tiempo dedicado a Kirchner.

El voto de castigo o voto nulo no tiene ninguna relevancia en la cobertura informativa de la campaña electoral. Lejos parece quedar el llamado voto bronca, que tuvo su máxima expresión en las elecciones legislativas de octubre de 2001, cuando alcanzó el mayor porcentaje de los últimos 20 años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_