La bandera iraquí ondea en la Embajada de España
Antes de emprender el acto de protesta, los brigadistas habían dado una vuelta en autobús por la ciudad para otear los daños producidos por las bombas de la noche anterior. La mayoría de ellos fueron despertados, cuando dormían en el gimnasio que sirve como refugio del pequeño hotel donde se alojan, por el impacto de un proyectil a las siete de la mañana. Cuando se levantaron pudieron comprobar que un centro de transmisiones que se encuentra a cinco minutos caminando del hotel había sido alcanzado.
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