De Villepin defiende en Londres el papel de la ONU en el futuro de Irak
Francia aboga por una "verdadera identidad europea" que tenga el apoyo británico
Dominique de Villepin se presentó ayer en Londres como lobo con piel de cordero. Hablando en inglés, con buenas palabras para el Reino Unido y sobre todo para Estados Unidos, detrás de las formas suaves y educadas del ministro francés de Asuntos Exteriores se escondió toda la visión defendida por Francia en los últimos meses, desde el papel de Naciones Unidas en el mundo, empezando por la futura administración de Irak, hasta el rechazo frontal de la doctrina americana sobre la defensa preventiva que subyace en el fondo del conflicto con Irak.
El azar o la finura de la diplomacia de salón quiso que la visita del ministro francés para pronunciar una conferencia en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos coincidiera con la ausencia tanto del primer ministro, Tony Blair, como de su homólogo Jack Straw, de visita en Camp David y Nueva York. De Villepin se mostró deliberadamente ambiguo al abordar tanto el papel de Naciones Unidas en la reconstrucción de Irak -en lo que pareció una cesión en favor de las tesis de Tony Blair- como la administración del país, enfrentándose así a la ambición de EE UU de administrar Irak por un tiempo indefinido. Y siguió abogando por que sean los inspectores quienes desarmen a Irak.
De Villepin desgranó cumplidos hacia los dos lados del Atlántico. "Porque son países construidos sobre valores comunes, Estados Unidos tiene la vocación de reemprender una cooperación estrecha y solidaria", dijo. "En estos tiempos es necesaria una renovada relación de confianza y proximidad con EE UU. Francia está preparada", dijo.
Defendió también "una verdadera identidad europea, a la que aspiran todos los pueblos de nuestro continente". "Deseamos avanzar resueltamente en esa dirección, con el apoyo y la participación del Reino Unido", coronó, en un guiño en favor del restablecimiento de la normalidad entre este país y Francia tras una crisis que ha separado profundamente a ambos gobiernos.
Pero no cedió ni un milímetro en las ideas políticas que han desatado el desencuentro entre Francia y los dos aliados anglosajones. Dominique de Villepin advirtió que "el orden internacional no se puede basar sólo en la voluntad de las potencias", sino que "tiene que haber normas colectivas que definan y contengan el uso de la fuerza", al que Francia, dijo, no se opone, sólo advierte "contra los riesgos de la doctrina de los ataques preventivos".
"¿Qué ejemplo brindamos a otros países?", se preguntó. "¿Qué legitimidad tiene una acción de ese tipo?, ¿qué límites debería tener? Al aceptar esa doctrina nos arriesgaríamos a introducir el principio de la inestabilidad y la incertidumbre constante". "No abramos esa caja de Pandora".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.