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Columna
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Por libre

Andalucía rechaza que a través de las bases de Rota y Morón el Gobierno la haya implicado en una guerra injusta e ilegal, y sale a la calle y deja unido al de toda España su decente ¡no a la guerra! Porque la guerra es indecente siempre, pero aun más insoportable cuando es tan gratuita, tan interesada y tan vergonzosa como esta que, por supuesto no es la primera de esa clase, pero los ciudadanos decentes del mundo están dispuestos a que sea la última. Ya se ha producido el primer ataque salvaje sobre Bagdad, ya han muerto bajo las bombas en un centro comercial y dos edificios de un popular barrio de Bagdad, 15 civiles, y dicen los aliados que los "errores ocurren". Sobran las palabras.

Por el mar de Rota, sin pedir permiso, según acaba de instaurar un Gobierno tan entregado que se salta cualquier clase de legalidad venga de donde venga, entran en la base los primeros soldados norteamericanos heridos. El Parlamento andaluz acaba de rechazar el uso de las bases en esta guerra, pero el Gobierno ni escuchó, ni escucha. El Gobierno primero negaba y ahora saca pecho para decir que todo está de acuerdo con lo comprometido en el convenio de cooperación con EE UU, aunque sabe que hay formas que se ha saltado a causa de la entrega incondicional al señor de esta guerra. Su estrategia contra todo y contra todos, se defiende atacando a la oposición a la que culpa de dos cosas, por un lado de querer sacar beneficio electoral con sus denuncias y sus peticiones de información, y por otro de instigar a los violentos -¡tan sospechosos¡- y ofende el Gobierno de esa manera a la oposición pero, sobre todo, a los ciudadanos que ni son tontos ni se dejan manipular tan fácilmente como parece creer un Gobierno que en esta coyuntura de dificultad parece empeñado en mostrarse cada vez más ciego y menos razonable, menos dispuesto a escuchar el clamor ciudadano que no necesita de instigadores, esos acaso los necesiten algunos de esos pocos que gustan de provocar para neutralizar la protesta de la mayoría de los ciudadanos, pero estos son precisamente porque van por libre y han tomado partido ante algo tan dramático y tan lejos de sus más personales y cercanos intereses, es por lo que son capaces de poner en apuros a un Gobierno que ha cometido su más dramático error.

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