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Reportaje:

La carrera de fondo de Gas Natural

El precio de la prima será determinante para que prospere la apuesta de La Caixa por el conglomerado Gas / Iberdrola

La Oferta Pública de Adquisición (OPA) de Gas Natural sobre Iberdrola va para largo. Ahora, la venta del gas vasco a Hidrocantábrico juega a favor. Pero la actual evolución del mercado está enfriando la motivación económica de los accionistas de Iberdrola por la opa lanzada sobre la segunda eléctrica española por la gasista el 10 de marzo. La compañía gasista, controlada por La Caixa y Repsol, valoró a Iberdrola en 15.384 millones de euros, 17 euros por acción. Esta valoración suponía una prima del 20% sobre el precio de la eléctrica antes de la OPA. El pasado lunes, la prima se había encogido a un 7,9%. Y ayer, cayó a un 4,59%, teniendo en cuenta que los accionistas de Iberdrola recibirían, por cada título, 6,8 euros más 0,58 acciones de Gas Natural.

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Los analistas consultados centran en el precio ofrecido por Gas Natural el principal escollo de la operación. El presidente de la sociedad gasista, Antoni Brufau, ha sugerido que, si es necesario, "estaría dispuesto a subir". Pero Brufau esperará meses antes de lanzar un precio definitivo, que, a la postre, debería ser el que "arbitrara" la tendencia del mercado. Algunos expertos apuntan que la oferta ajustada podría situarse en torno a los 19 euros para hacer atractiva la operación que se pagaría en metálico en un 40% y el resto, en acciones de Gas Natural.

Brufau, que en su apuesta se enfrenta a su socio Repsol y al consejo y a los accionistas de Iberdrola BBVA y BBK, se toma la operación como una carrera de fondo. En La Caixa, mencionar el castigo del mercado a los títulos de Gas Natural es "precipitado".

El entorno del presidente de Repsol YPF, Alfonso Cortina, subraya que los inversores han entendido sus argumentos contra una operación que no desean ahora, en la antesala de las elecciones presidenciales en Argentina y la amenaza de una hipotética renacionaliación de YPF. Por su parte, el Gobierno, muy concentrado en la crisis de Irak, con el chapapote a cuestas y las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, no parece tener el cuerpo para grandes batallas.

La OPA se presenta desde La Caixa como la oportunidad de crear un grupo gigante anclado en el triángulo Madrid (internacional), Barcelona (gas) y Bilbao (negocio eléctrico), que, de un golpe, adelantaría en siete años los planes por separado de ambas compañías.

Desde el inicio, un obstáculo ha sido la escasa química entre Brufau y Cortina. No suelen hablar con hilo directo; su puente es Ramón Blanco, vicepresidente operativo de Repsol que será nombrado consejero delegado en la junta de la petrolera, el próximo cuatro de abril. A esta relación entre los presidentes se le suma la figura de José Luis López Silanes, el consejero delegado de Gas Natural, puesto en el cargo por Repsol, que votó con los consejeros de La Caixa en la defensa de la OPA, en un movimiento que la petrolera encajó como un gesto de deslealtad y la caja defendió como coherente con la empresa a la que sirve. El nuevo presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, abogó en su toma de posesión por recomponer la relación con Repsol.

La empresa resultante de una hipotética fusión Gas/Iberdrola juntaría las fortalezas respectivas en los mercados del gas y la electricidad con el condicionante de desinvertir 5.000 millones en tres años. Apenas han transcurrido unos pocos días del plazo de un mes del que dispone el Servico de Defensa de la Competencia, adscrito a Economía, para emitir una primera calificación, y la eléctrica espera que las desinversiones se centren en sus activos hidraúlicos (saltos del Duero) y en sus instalaciones de ciclo combinado.

Gas Natural, por su parte, se desprendería del negocio de distribución de la zona de Madrid (antigua Gas Madrid) y el grueso de su participación (40%) en Enagas. Aunque la gasista basa su oferta en su complementariedad industrial con Iberdrola, la resultante de la buscada fusión concentraría el 60% de su actividad en los mercados regulados de electricidad y gas, mucho menos rentable que los segmentos liberalizados.

En el examen de Competencia, ambas compañías son conscientes de que la operación sólo podría salir adelante si Gas Natural cediera una gran parte de los contratos de suministro firmados con Argelia, la auténtica llave de paso del negocio del gas en España.

Tanto Gas Natural como Iberdrola están convencidas de que Competencia elevará sus conclusiones al Tribunal de Defensa de la Competencia, que dispondrá de dos meses para emitir un fallo. Paralelamente, otros dos organismos revisarán la OPA: por un lado, la CNMV está a punto de exponer su criterio -si no pide nueva documentación a la empresa opante-y, por el otro, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) empezará mañana a estudiar los efectos de la operación sobre el mercado regulado.

A la espera de una señal por parte de los organismos reguladores, la privatización de Naturcorp (el ente vasco de la Energía) ha favorecido indirectamente a la OPA, porque la empresa fusionada debería desinvertir menos que si se lo hubiera quedado Iberdrola. Hidrocantábrico -controlada por EdP-se ha llevado el control de Naturcorp por 537 millones de euros. Iberdrola, que ofreció 415 millones, ha manifestado que, pese al revés, seguirá con su propio plan para ser relevante en el mercado del gas y controlar una cuota del 20% en 2006, invirtiendo 4.000 millones.

Antoni Brufau, durante la junta de la sociedad que preside.
Antoni Brufau, durante la junta de la sociedad que preside.JOAN GUERRERO

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