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Entrevista:EDUARDO DE QUESADA | Diplomático español en Irak | GUERRA EN IRAK | Entrevista

"Los españoles que están en Bagdad no corren peligro"

Eduardo de Quesada, encargado de negocios de España en Irak -embajador, en términos populares, pero inexactos-, vive exiliado en Ammán desde que en febrero el Gobierno español decidiera la "suspensión temporal de actividades" de la legación diplomática en Bagdad. Él y su reducido equipo de colaboradores, ya que sólo cuenta con el apoyo de otros dos funcionarios, han encontrado refugio temporal en las oficinas de la Embajada española en Jordania, a unos mil kilómetros de la capital iraquí. A pesar de las distancias, de las incomodidades y de los sobresaltos, el embajador continúa trabajando a diario con los ojos puestos en lo que sucede en Irak. En esta mañana lluviosa, cuando la guerra cumple su quinto día, el exilio forzado parece dolerle más que nunca al diplomático español.

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Pregunta. ¿Desde cuándo está fuera de Irak?

Respuesta. Salí definitivamente el 14 de febrero, coincidiendo con la lectura ante el Consejo de Seguridad de la ONU del informe del jefe de inspectores. Yo cerré la embajada de acuerdo con las órdenes recibidas de Madrid. Desde un punto de vista oficial no es, sin embargo, un cierre. Es una suspensión temporal de actividades. Esta fórmula legal ha sido también adoptada por otros países que se hallaban en la misma situación, como Portugal o Suiza.

P. ¿Y en el interior del país quién ha quedado?

R. Al margen de los periodistas y activistas, en Irak han quedado siete españoles. Lo han hecho por voluntad propia. En su mayoría se trata de matrimonios mixtos. Tengo la seguridad de que ninguno de ellos corre un peligro directo. Están razonablemente seguros.

P. También habrán quedado propiedades del Estado español en Bagdad.

R. En Bagdad no tenemos propiedades. Tenemos alquilados los edificios de la Embajada y la residencia, en los que se almacena el mobiliario. Los archivos, incluidos los discos duros de los ordenadores, fueron sacados de Bagdad en su momento. Antes de salir, tomamos las medidas necesarias para proteger el mobiliario.

P. ¿Qué vio al salir?

R. Lo que vi al salir era una calma tensa. Una población resignada y fatalista. Esperando un destino fatal.

P. ¿Y ahora por qué se ha instalado en Ammán?

R. He recibido órdenes al respecto. El 18 de marzo pasado regresé a la zona y me instalé en Ammán. El encargado de negocios de Irak debería estar lógicamente en Irak. Por razones evidentes, no puede estar allí. Estoy en el observatorio más cercano del escenario de los hechos. Es cierto que podríamos haber escogido Siria. Pero casi todas las delegaciones extranjeras, que han ido saliendo de Bagdad, han optado también por instalarse en la capital de Jordania. Es el caso de los alemanes, belgas, franceses, suizos o de las organizaciones internacionales como Naciones Unidas o Unicef.

P. ¿Qué estatuto tiene como diplomático en Jordania?

R. No tengo ningún estatuto. Espero que las autoridades jordanas me doten de algún estatuto. Hasta este momento tengo la categoría de desplazado temporal. Esto es todo.

P. ¿Y cómo se siente aquí?

R. Mire, esto es como lo de Santa Teresa: "Estar sin estar en mí". Estoy descolocado.

P. ¿Hasta cuándo?

R. Hasta que reciba la orden de mis superiores. Esto va vinculado a la reapertura de la embajada, que se llevará a cabo cuando las circunstancias lo hagan aconsejable, un tema que está vinculado con la guerra.

P. Dicen que quiere ser el primer diplomático en volver.

R. Como fui uno de los primeros en salir, ahora me gustaría ser el primer diplomático en volver a Bagdad. Desde luego, abriré la embajada. Después, el Gobierno decidirá si debo quedarme o enviar a otro diplomático.

P. Desde aquí, ¿cómo se ve la guerra?

R. La situación es complicada. La guerra se encuentra en un momento difícil. La resistencia es más fuerte de lo que se esperaba. Pero es muy pronto para hacer pronósticos.

P. ¿Qué es lo que más le ha impresionado de estos cuatro días de guerra?

R. Ya le digo, la resistencia del Ejército iraquí. No se contaba con ello. Se hablaba de la desmoralización de las tropas.

P. ¿Y ahora habla a menudo con Bagdad?

R. Las comunicaciones son difíciles.

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