Alumnos de Granada usan mensajes a móviles para hablar con sus profesores

La Universidad de Granada ha puesto en marcha un servicio de comunicación entre profesores y estudiantes a través de avisos a teléfonos móviles. Gracias a los mensajes cortos y a una centralita que hace de intermediaria entre ambas partes, el profesor podrá comunicar a sus alumnos incidencias de interés o de última hora, así como evaluar la calidad de su enseñanza o del aprendizaje de los alumnos.

El programa, denominado Sumvm (Sistema Universitario de Mensajería Vía Móvil), nació a partir de la idea del catedrático de Fisiopatología Metabólica de la Facultad de Medicina, Manuel Castillo Garzón. Ahora, tras un año de pruebas entre los cinco profesores del departamento y su grupo de alumnos y tras verificar cómo y cuáles son sus beneficios, la Universidad de Granada ha extendido la idea a toda su comunidad universitaria.

El profesor de Fisiología Ángel Gutiérrez, que ha participado en la puesta en marcha de este proyecto. conoce una a una las utilidades del sistema de comunicación por mensajería móvil. Esta semana, tras preparar una de sus clases, buscó una pregunta sobre una lección, y la remitió por correo electrónico al encargado de la centralita, con la orden de distribuirla diez minutos después de que terminara su clase del día siguiente a los 70 alumnos que voluntariamente se han suscrito al proyecto.

La pregunta iba acompañada de cinco respuestas alternativas. Los alumnos que quieran deben responder enviando un toque (una llamada perdida) a distintos números de teléfono, según creen que es la respuesta correcta.

Gracias a este curioso y popular sistema de ahorro, en el que no hay que realizar ninguna llamada de verdad, el programa es totalmente gratuito para los estudiantes. El único gasto necesario es, claro, la necesidad de disponer del correspondiente teléfono móvil algo que, por otra parte, incluye a la práctica totalidad de los estudiantes universitarios.

Respuestas correctas

Pocas horas después, Ángel Gutiérrez recibe los resultados de las respuestas, en forma de estadística. En este caso, absolutamente todos los alumnos involucrados respondieron, y alrededor del 80% de las respuestas fueron la correcta.

Un magnífico examen en miniatura e inmediato que sirve para que unos y otros comprueben el resultado de la sesión educativa. Todo es confidencial, por otra parte, ya que ni el profesor da su móvil a los estudiantes, ni éste recibe indicación más allá de estadísticas generales sobre las respuestas a su pregunta. Nunca sabe quién responde qué.

Según cuentan los estudiantes al profesor Ángel Gutiérrez, las preguntas sirven en realidad como detonante de discusiones y puestas en común (bien es cierto, reconoce el profesor, que las preguntas son rebuscadas precisamente con esa intención). Además, los alumnos se ven incentivados a conseguir el mayor número de aciertos posible a lo largo del curso.

Otra de las utilidades del programa Sumvm es el de ofrecer información de última hora a los estudiantes. En el caso del grupo de Fisiología iniciador del proyecto, el profesor lo usó para convocarlos a una conferencia de última hora y de interés relevante para los alumnos.

Gutiérrez también ha usado el sistema para hacer alguna consulta sobre el funcionamiento de la clase, dándole un uso parecido al de una votación asamblearia, lo que supone otro beneficio añadido de los muchos que aporta el sistema de mensajería.

Los promotores del proyecto (cuyos datos se pueden conocer en la dirección www.ugr.es/local/sumvm) garantizan la total privacidad y confidencialidad de los datos, por lo que los alumnos no tienen nada que temer.

El siguiente paso para este programa, explica su inventor, Manuel Castillo, será añadir la posibilidad de enviar imágenes (gráficos o fotografías) a través del móvil.